INFORME

Un tercio de las muertes infantiles se debe a la malnutrición

El 80% de los niños desnutridos vive en 80 países de Asia, África y Latinoamérica. Cada año fallecen 3,5 millones de menores de cinco años por una mala alimentación.

Un tercio de las muertes infantiles en el mundo y un 11% del total de enfermedades se deben a la malnutrición materna e infantil, según advierte esta semana "The Lancet". En la presentación en Londres de una serie especial dedicada al tema, el director de la revista médica británica, Richard Horton, subrayó la necesidad de poner en marcha programas nacionales e internacionales para remediar la situación, que calificó de "injustificable".


La nutrición, dijo, es un aspecto totalmente "desatendido" de la salud maternal, neonatal y del niño en muchos países en vías de desarrollo. "La malnutrición es la causa evitable de más de un tercio de las muertes infantiles (en torno a 3,5 millones)", siendo los problemas más comunes un desarrollo intrauterino restringido, crecimiento limitado del niño y la atrofia, explicó.


De acuerdo con los expertos que han elaborado los informes que componen la serie, hay un intervalo clave para la intervención que va del embarazo a los dos años de edad del niño, porque después la malnutrición puede haber causado ya daños irremediables para el desarrollo.

En 20 países

Un 80% de los niños malnutridos viven en veinte países, de los cuales los que requieren una actuación más urgente son Myanmar (antigua Birmania), Uganda, India, China y Suráfrica. Según los académicos, algunas de las posibles medidas de prevención de la malnutrición son el asesoramiento para mejorar el amamantamiento y la administración de suplementos de vitamina A y de zinc.


Sin embargo, avisa Horton, este tipo de actuaciones médicas deben ir siempre acompañadas de inversiones a largo plazo para conseguir la igualdad de la mujer a través de la educación y el acceso a las estructuras de poder político, económico y social. Ésta es "la única manera" de lograr mejoras duraderas en nutrición materna e infantil, argumenta.


Los gobiernos deben impulsar proyectos nacionales para mejorar la nutrición de los afectados, con mecanismos para el seguimiento y la evaluación de progresos, así como leyes que mejoren los derechos y el estatus de mujeres y niños. Horton advierte asimismo de que "ninguna de estas soluciones puede desvincularse de los tratados globales y las negociaciones sobre comercio, agricultura y reducción de la pobreza".


Los expertos cuyos trabajos publica "The Lancet", de universidades y hospitales de Estados Unidos, el Reino Unido o Pakistán, señalan que el sistema internacional de nutrición "se ha roto", ya que faltan liderazgo, recursos y capacidad de actuación, así como sistemas de respuesta urgente. "Una agencia, un patrocinador o un líder político debería asumir este reto. Hay una gran oportunidad ahora mismo para que alguien lo haga, pero ¿quién?", se pregunta Horton.