Las redes sociales en plataformas educativas virtuales transforman la docencia

Las redes sociales tienen muchas ventajas para la visualización y el acceso a contenidos.

El modelo informativo de las redes sociales, que anima a compartir datos y estimula acciones colaborativas, se está llevando cada vez más a las plataformas educativas virtuales, porque libera al profesor de rutinas y le permite c


Según los expertos, las redes sociales tienen muchas ventajas para la visualización y el acceso a contenidos: los mensajes se muestran en orden cronológico en función de la intervención de sus participantes; pueden clasificarse de acuerdo a filtros y jerarquizarse por temas; facilitan el acceso a todo tipo de recursos en internet e incitan a la participación y a compartir información.


Ello está animando a que grandes empresas tecnológicas, junto con centros educativos y grandes instituciones de enseñanza, estén inmersas en ambiciosos proyectos de enseñanza virtual, en donde las herramientas de aprendizaje colaborativo están teniendo una fuerte presencia, porque permiten personalizar la educación y mejorar los rendimientos del alumno.


Un libro publicado hace unos meses por la Fundación Cotec para la innovación revela cómo la web 2.0 junto con tecnologías participativas del tipo de las redes sociales, wikis, blogs, además de videojuegos y recursos audiovisuales, están abriendo nuevas formas de aprendizaje usadas con éxito en varios centros educativos en España.


Las tecnologías sustentadas con proyectos educativos pueden ser "un excelente instrumento para el desarrollo de aptitudes innovadoras y emprendedoras entre los alumnos", según la publicación.


Con ellas, el profesor puede liberarse de funciones tan repetitivas como la exposición de conocimientos teóricos accesibles para el alumno desde otras muchas fuentes o de tareas como la corrección de trabajos fácilmente evaluables por los propios alumnos de forma conjunta desde redes sociales, de acuerdo a criterios previamente establecidos por el docente.


Así lo ha explicado a Efefuturo Agustín Cuenca, fundador de NeuroK, de ASPGems, una plataforma de educación en línea recién presentada en Londres, de la mano del ICEX, que incorpora recursos tecnológicos, como el modelo informativo de las redes sociales para fomentar el aprendizaje desde la estimulación cerebral y no tanto desde la memorización de datos.


Ha explicado que el profesor debe tener tiempo en clase "para ser guía" de los alumnos y animarles a "debatir, reflexionar o advertirles" cuando se dispersen temáticamente en sus discusiones, dejando las tareas repetitivas en manos de la tecnología.


En NeuroK, ha dicho, funciones como la corrección de trabajos las realizan los propios alumnos de forma colaborativa mediante un sistema tipo red social a partir de criterios previos establecidos por el profesor. Al evaluarse por muchos, "la media compensaría algún eventual error que pudiera producirse", según sus responsables.


Desde Adams Formación, primera entidad acreditada por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) para impartir certificados de profesionalidad en modalidad de teleformación, se insiste en que las tecnologías participativas están motivando sin duda el interés del alumno para aprender.


Su directora de formación "on line", Cristina Castro, ha destacado a EFEfuturo el éxito que están demostrando herramientas tecnológicas como los foros o los servicios chat en la educación, al favorecer el intercambio de opiniones entre alumnos en tiempo real.


También el profesor Chema Lázaro, Premio Nacional de Educación 2013 por un blog para alumnos de educación primaria implantado en el colegio Leonardo da Vinci en Moralzarzal (Madrid), ha insistido a EFEfuturo en el éxito probado para el aprendizaje del uso de la tecnología y las redes sociales en educación.


En sus aulas, se usan varias tecnologías aparte del blog, en donde los alumnos cuelgan trabajos, avisos de agenda o proyectos.


Por ejemplo, videoconferencias para compartir contenidos, redes sociales en cerrado para debatir e intercambiar información entre los propios alumnos y ayudarse, sugerirse ideas para resolver dudas o problemas.


Las clases se aprovechan para debatir sobre unos contenidos a los que el alumno ha accedido antes en casa, desde plataformas como YouTube, en donde él mismo cuelga sus propias grabaciones en vídeo, en las que explica la teoría sobre la que luego gira el debate.