Volando en primera persona

El nuevo Mambo de Parrot incluye una cámara para poder realizar vuelos virtuales.

Vuela más lejos. Parrot asegura que el alcance es de  100 metros con el mando, y de 30, si usamos el móvil como controlador mediante la conexión bluetooth.
Vuela más lejos. Parrot asegura que el alcance es de 100 metros con el mando, y de 30, si usamos el móvil como controlador mediante la conexión bluetooth.

Los drones tienen mucha proyección de futuro. Se usan para labores de reconocimiento, seguridad e incluso para el reparto de mercancías. Pero también existe una vertiente mucho más lúdica, en la que el fabricante francés Parrot se ha especializado y que cuenta con aeronaves que, aunque pequeñas, cada día son más sofisticadas y mucho más asequibles.

El último objeto volador bien identificado en llegar a nuestras manos ha sido el Parrot Mambo FPV, una evolución del Mambo original, que mantiene los aciertos de su predecesor y añade una pequeña videocámara para realizar "vuelos en primera persona". Para ello utiliza unas gafas de plástico que se transforman en un dispositivo de realidad virtual al introducir cualquier ‘smartphone’ con la aplicación de Parrot.

El Mambo es un dron muy chiquitín, cabe en la palma de la mano y se puede hacer despegar directamente desde ella. Pero su tamaño no debe engañarnos. Estamos ante una aeronave muy estable en condiciones óptimas y que aguanta bien rachas de viento de hasta 20 kilómetros por hora, eso sí, un día de fuerte cierzo hay que olvidarse de sacarlo a pasear si se quieren evitar accidentes.

Aunque se puede pilotar con la aplicación de Parrot para móviles, es mucho más cómodo y preciso hacerlo con el mando que viene incluido con el dron. Hacer piruetas con el es bastante sencillo –basta con pulsar una serie de botones para que realice ‘loopings’ en todas las direcciones posibles– y alcanza velocidades de hasta 30 kilómetros por hora, siempre que no tengamos el viento en contra.

La altura máxima se puede configurar y alcanza hasta 25 metros. Además, también cuenta con tres modos de pilotaje, que varían su comportamiento al desactivar los estabilizadores.

Pero el Mambo FPV también tiene sus puntos débiles. Por un lado, como le pasa a todos los drones, la batería solo dura unos 6 minutos y tarda bastante más en cargarse: 30. Las baterías extra no son caras, rondan los 15 euros, y se volverán imprescindibles para una buena jornada de vuelo y piruetas.

Por otro lado, aunque la experiencia de pilotar con las gafas puestas es muy divertida, a la cámara le falta bastante calidad y el contenido emitido en directo se ve bastante pixelado. El Mambo graba en resolución HD 720p, un tamaño suficiente para un vídeo para el móvil o el ordenador, pero que para una experiencia virtual se queda un poco corta.

Por 180 euros, el Mambo FPV es una aeronave muy divertida que comparte los puntos débiles de la mayoría de drones.

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