Dos encuestas han descubierto que, entre 2012 y 2015, el número de adolescentes que declaraba que dormía menos de siete horas diarias había aumentado un 22%. Concretamente, el 43% de los jóvenes estadounidenses dormía menos de siete horas. Pero, ¿a qué se debe este cambio?

Al parecer, los móviles pueden ser la clave. Según apunta 'El País', el único cambio importante en la rutina de los adolescentes ha sido el uso del móvil, ya que en la actualidad cada vez más jóvenes (por no decir, todos) cuentan con un teléfono propio con conexión a internet.

Parece que eso de perder horas de sueño enfrente del televisor o haciendo deporte o pasando tiempo con los amigos es algo del pasado, ya que no guarda relación con un descenso de las horas de sueño. En cambio, aquellos que pasan un mayor tiempo acompañados de sus teléfonos móviles son los que duermen menos.

Cinco horas o más (comparado con una hora) conectado a internet aumentaba el riesgo de dormir poco en más de un 50%. Pasar tres, lo hace en casi un 20%.

Y es que los jóvenes duermen cerca de sus móviles: no solo lo utilizan como despertador, sino que también es su entretenimiento antes de dormir.