Wolfenstein II: nazis, risas y mucho plomo
Una de las más divertidas historias a las que hemos jugado que se sitúa en un mundo en el que los alemanes ganaron la Guerra Mundial.
Algunos se sorprenderán de que hace 36 años existieran siquiera los videojuegos, pero fue en 1981 cuando salió a la venta el primer Wolfenstein, un juego en tercera persona del que se vendieron 20.000 copias.
Once años después la saga se reinventó, presentando el primer shooter en primera persona, uno de los mayores hitos de la historia de los videojuegos. Y así, llevamos más de tres décadas matando nazis, un guilty pleasure del que los más jugones nunca parecen cansarse.
^ Los malos son muy malos, pero hay que reconocer que se lo pasan tremendamente bien ejerciendo sus maldades con hachas, láseres y otras mortíferas armas.
En esta nueva entrega la segunda tras la reinvención de la saga por parte de Bethesda volvemos a encarnar al aguerrido William Joseph Blazkowicz, un soldado texano cuya única misión en la vida es acabar con los nazis.
La trama nos sitúa en un pasado distópico: son los años 60 y los alemanes ganaron la Segunda Guerra Mundial tras arrasar varias ciudades de Estados Unidos con bombas nucleares. Pero no todo está perdido. Un pequeño grupo de insurgentes, un poco tocados del ala y entre los que te encuentras, plantan cara a los fascistas y tratan de recuperar EE. UU. como primer paso para reconquistar el mundo.
^ Este pasado distópico recuerda inevitablemente a FarCry en muchos momentos. La ambientación está muy cuidada y los mapas son grandes, pero queda muy lejos de aquel enorme mundo abierto. En lo positivo: tener una historia lineal y cerrada favorece el hilo argumental sólido de esta aventura.
El mundo de Wolfenstein mezcla una estética añeja con impresionantes armas y gigantescos robots de nuevo cuño en una combinación retrofuturista a la que Bethesda ya nos tiene acostumbrados.
La factura gráfica y sonora del juego es sencillamente impresionante, tanto en los enormes mapas en los que a pesar de no tratarse de un mundo abierto es fácil perderse; como en las verosímiles y realistas cinemáticas que contribuyen a tejer una de las mejores y más hilarantes historias jamás contadas en un shooter en primera persona. Destaca este Wolfenstein por el gran trabajo de doblaje y por todos y cada uno de sus locos personajes, cada uno con personalidad propia y una interesante y divertida historia que descubrir.
^ Los nazis tienen mascotas metálicas enormes que escupen fuego, pero se les pueden volver en su contra.
Por lo demás, nada nuevo bajo el sol. Wolfestein II: The New Colossus se limita a continuar con la fórmula que ya demostró ser un éxito. Un juego frenético y muy divertido en el que repartir plomo a diestro y siniestro con un arsenal de armas variado que podremos ir mejorando con el paso del tiempo y entre 15 y 20 horas de explosiones, risas y tiroteos.
