Watch Dogs 2, los 'hackers' atacan de nuevo

Más que una secuela ‘Watch Dogs 2’ es la reinvención de una saga. El título original estaba llamado a encarnar la nueva generación de consolas, pero para muchos resultó una decepción, tanto en términos gráficos como en jugabilidad y guión. Mientras que la primera entrega era un juego serio con tramas profundas y dramáticas, pero con las que el jugador no terminaba de conectar, el nuevo juego es gamberro y divertido, con una estética ‘cyberpunk’ y que hace reír.

Cambiamos de protagonista y esta vez encarnamos a Marcus, un joven pirata informático que acaba de ingresar en una banda de ‘hackers’ dispuestos a desafiar al sistema. También cambiamos de ciudad, de la sensata Chicago a la alocada San Francisco.

En muchos sentidos, ‘WD2’ es una copia de la saga ‘GTA’, un gigantesco mundo abierto en el que Marcus puede hacer prácticamente cualquier cosa, recorriendo sus calles a pie, conduciendo en moto, coche o camión por sus carreteras, o surcando la bahía en barco, escogiendo en cada momento que misión desea afrontar.

Pero ‘Watch Dogs’ es también único por las formas de aproximación a las misiones que permite. Sus principales virtudes son el ‘hackeo’ y el uso de las herramientas propias del pirata informático. Marcus puede ‘robar’ dinero y recursos de cualquier personaje que puebla este San Francisco virtual, puede acceder a la base de datos de la Policía para hacer que persigan a sus enemigos, tomar el control de forma remota de todo tipo de vehículos o utilizar sus drones para infiltrarse en las instalaciones enemigas sin ser visto.

Estas virtudes de corsario digital otorgan al juego una infinidad de modos de cumplir las misiones, pudiendo optar por el sigilo total, usando distracciones de todo tipo, o entrar a las bravas y acabar con todo el que se nos ponga por delante ametralladora en mano, siendo siempre la primera opción la más recomendable por como está pensado el propio juego.

‘WD2’ posee también un interesante modo multijugador para realizar misiones de forma cooperativa pero también para fastidiar a otros desprevenidos jugadores sin que nos vean llegar.