Viéndolo con esa cara de niño bueno es difícil imaginárselo como admirador del Che...

Admirador del Che y de otras personas que han sacrificado su vida por una idea, al margen de ideologías.

Droga dura que de pequeño se leyera sus diarios...

Eso y leí la Biblia también (risas). No es una cuestión revolucionaria, sino de cultura.

¿Es muy revolucionario?

En absoluto. Me gustaría, pero no tengo esa fuerza para dedicar mi vida a una idea.

Supongo que reparará los cacharros en su casa. Ha estudiado electrónica y aviónica...

Ahora los cacharros cuando se estropean los tienes que tirar porque vienen preparados para que no se puedan reparar. Pero sí, siempre he procurado arreglar lo que se rompe en casa.

¿Volvería a su plaza de Iberia?

No, y tampoco creo que pudiera porque ya caducó y elegí otro camino. No me veo arreglando aviones, preferiría pilotarlos.

Lo que no me negará es que por usted no pasan los años...

Muchas gracias (risas). Entiendo que para mucha gente sigo siendo un personaje juvenil, pero hace años que interpreto personajes adultos.

Yo que le iba a decir que era nuestro Michael J. Fox...

¡Eso no me lo diga! (risas). Gracias, pero no.

Lo de empezar haciendo teatro en japonés es muy gore...

Eso forma parte de mi adolescencia. Hice funciones en japonés, pero no era teatro profesional ni nada por el estilo.

¿Decir que sabe japonés le sirve para ligar?

No. Antes sabía algo de japonés, pero ahora lo tengo olvidado. Los argentinos dieron al traste con todos los trucos para ligar; ahora hay que ser uno mismo.

¿Le van las geishas?

Me van las mujeres, en general (risas).

¿Y se enamoraría de la novia de un amigo?

Nunca me ha ocurrido y espero que no me ocurra, pero los sentimientos son algo incontrolable.

No han parado de buscarle novias. ¡Hasta dijeron que salía con su hermana!

Sí y si hubiera salido con la perrita del vecino también (risas). Te ven con una mujer y automáticamente es tu pareja.

¿Es un don Juan?

En absoluto. ¡Que va!

¿Ha ligado por internet?

No me he atrevido. Para ciertas cosas todavía soy muy clásico.

¿Se ha declarado ya a Ana Belén?

¡Claro que sí! Lo que me ha dicho se queda entre nosotros (risas).

Alejo rima con...

Muchísimas cosas. ¡Creo que es el nombre que más rimas tiene!

¿Tuvo que aguantar muchas bromas de pequeño?

Algunas, lo que pasa es que no me afectaban. Creo que esa fue la forma en la que aprendí a reírme de mí mismo.

Si le pido que sea mi pareja de baile, ¿daría la talla?

Aunque he hecho cursos no significa que baile bien. Eso sí, espero no ser un pato 'mareao'... ¡Con todo el tiempo que he invertido!

Por cantar no le ha dado.

Me gustaría, pero no tengo voz como para grabar un disco.

¿Ha trabajado más de actor o de camarero?

Habría que echar cuentas. De camarero trabajé mucho. Igual tenemos un empate.

¿Ha podido llegar siempre a fin de mes?

Soy muy ahorrador y no tengo vicios caros. Aunque he pasado dificultades, he llegado siempre.

Ha impartido clases de interpretación en Mali con la Fundación Voces, ¿se le han subido sus alumnos a las barbas?

¡Noooo! Han sido unos alumnos maravillosos y he aprendido mucho de ellos.