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Schwarzenegger vuelve a su Austria natal para inaugurar su casa-museo

Una trompeta toca 'Amazing Grace', y acto seguido la banda de música de Thal, un pequeño municipio austríaco cercano a Graz, comienza 'Steirermen san very good'

Arnold Schwarzenegger inaugura su museo
Schwarzenegger vuelve a su Austria natal para inaugurar su casa-museo
EFE

Una trompeta toca 'Amazing Grace', y acto seguido la banda de música de Thal, un pequeño municipio austríaco cercano a Graz, comienza 'Steirermen san very good'. En el jardín se ha improvisado un pequeño toldo para los invitados más destacados, pero el resto acaba mojado. Y allí, bajo una lluvia torrencial, el actor y ex gobernador de California Arnold Swarzzenegger inauguró hoy una estatua frente a su casa natal.


Realizada en bronce y con un tamaño mayor que la realidad, la escultura representa a Schwarzenegger luciendo músculo. Da igual que truene y relampaguee, las inclemencias del otoño austríaco no parecen perturbar a 'Arnie', que visiblemente encantado con la enorme estatua da las gracias a sus amigos. Ellos son los que han reformado la casa bajo la batuta de su compañero de juventud Peter Urdl. Una vivienda familiar de dos pisos situada cerca de un pequeño lago, que ahora se ve igual que cuando Schwarzenegger se mudó a vivir allí en 1966.


Aunque el retrete, desprovisto de agua corriente, y la mesa del gobernador sean imitaciones, pronto queda claro que 'Arnie' no creció en un palacio, sino que sus orígenes son modestos. Además, el museo cuenta con numerosos originales, como la cama donde durmió de niño, con sus sábanas azules y blancas y su almohada en blanco y rojo, las primeras pesas de aquel deportista lleno de ilusiones o la Harley Davidson de 'Terminator'.


Un fan de Schwarzenegger, con barba gris y gafas de sol, posa al lado, dando la espalda a la cámara. En coloridas letras sobre su chaqueta de cuero se lee 'Terminator'. 'El Terminator esloveno', dice feliz, aunque luego confiesa su decepción porque su ídolo no le ha dado la mano. Incluso le había pintado un dibujo extra para la ocasión.


Sin embargo, los jóvenes aprendices de una escuela de turismo encargada de organizar el bufé tuvieron más suerte: 'Eso sí que ha sido un buen apretón de manos', afirma Johanna. Para Bettina, encargada de cortar unas buenas raciones del típico postre de manzana 'apfelstrudel', esta es 'una misión especial'. Todos han visto las películas de Schwarzenegger. 'Que alguien de aquí llegue tan lejos es fantástico', opinan.


En el caso de Liebhart, un vecino de 63 años, su encuentro con el actor era una petición personal. 'Su carrera da fuerzas', señala. 'Siempre me ha gustado su filosofía: fijarse unos objetivos y conseguirlos. Eso me impone respeto y sus éxitos me motivan. En menor medida, creo que yo también lo he conseguido', añadió.


Ningún departamento de relaciones públicas podría haber encontrado un eslogan mejor. No en vano, el propio Schwarzenegger dijo que su mayor deseo es que la casa sea algo más que un museo. "Haced como yo. ¡Todos tenemos una oportunidad!", exclamó.