CAMBIO DE DIVISAS

Pesetas, euros y viceversa: 10 años de una historia de amor y odio

Los anuncios de comienzos del siglo XXI señalaban que los precios no cambiarían con la nueva moneda, sin embargo la conversión de estos euros a aquellas pesetas destila cierta nostalgia hacia 'la rubia'.

10 años de la entrada en vigor del euro y el fin de la peseta
Pesetas, euros y viceversa, 10 años de una historia de amor y odio
HA

1 de enero de 2002. El euro se convierte en la moneda única para los países de la Unión Europea y en España comenzaba un periodo de convivencia de 3 meses con la peseta. Llegaba entonces el momento de usar las calculadoras conversoras, de los cálculos mentales para saber cuánto costaba algo en pesetas y las informaciones de que los precios no iban a cambiar ni se redondearían.


Una década después y con los problemas de países del grupo del euro, como Grecia, muchos se preguntan si sería posible una vuelta a la antigua moneda, algo que parece prácticamente imposible.


En el comienzo del siglo XXI, una familia de muñecos de plastilina, "los García" tomaba la pequeña pantalla para informar de forma didáctica sobre los cambios que íbamos a vivir. "Los precios en euros y en pesetas" o "en toda Europa la moneda es igual" eran algunos de los mensajes que trasladaban a la población en forma de pequeñas historietas.





La por entonces presentadora del informativo de Televisión Española Letizia Ortiz fue la cara elegida para explicar la llegada del euro. "Los precios no cambian, solo cambia la moneda”, esta era la idea que tenía que tener clara la población.




1 euro = 166,386 pesetas

Una década después, la realidad parece bien distinta. Un café o un refresco 250 pesetas, un periódico más de 180, 150 pesetas una barra de pan. Estos son los precios que se obtienen al trasladar lo que pagamos ahora a la antigua moneda y que provoca la nostalgia de muchos hacia 'la rubia'. 


La cifra 166,386 era la más repetida a comienzo del siglo XXI, cuando se estableció la equivalencia entre el euro y la peseta. En 1999 dejaron de existir como sistemas independientes las monedas de once países de la Unión Europea que se acogieron a la zona euro: Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal, así como Mónaco, San Marino y Ciudad del Vaticano. Grecia entraría en 2001.


El 31 de marzo de 2002, el euro era ya la moneda única de España, pero todavía hoy el Banco de España sigue cambiando dinero. El pasado verano aún conservábamos un total de 1.716 millones de euros sin canjear. Solo en 2010, los españoles canjearon 3.328 millones de pesetas, según los datos del Banco de España.


Esta entidad cree que el 45% de las monedas en pesetas que estaban en circulación antes de la entrada del euro nunca serán entregadas porque permanecerán en manos de los españoles como pieza de coleccionismo, o bien por deterioro, pérdida o salida del país en los bolsillos de los turistas.