CAMBIO CLIMÁTICO

Los científicos recomiendan cultivar mejillones fuera de las bahías del Ebro

Los mejillones que se cultivan en el Delta del Ebro sufren una alta mortalidad. Un estudio conjunto elaborado por investigadores del IRTA y del Instituto Español de Oceanografía achacan este hecho al aumento de las temperaturas, por encima de los 28 grados día y noche, durante más de una semana.

Los científicos del IRTA y del Instituto Español de Oceanografía (IEO) recomiendan que se trasladen los cultivos de mejillones fuera de las bahías del delta del Ebro, donde se ubica toda la producción de Cataluña, para evitar la mortalidad que causa el aumento de las temperaturas en verano.


La investigadora Montse Ramon, que actualmente trabaja para el IEO en un proyecto común con el IRTA -el instituto de investigación dependiente de la consellería de Agricultura, -sobre cultivo de mejillón en mar abierto, ha dicho que "todo indica que, en cuanto a rendimiento, se puede hacer el cultivo frente a la costa".


Ramon ha asegurado que en el primer año de un proyecto piloto se ha demostrado que "el crecimiento es bueno" fuera de las bahías del delta.

"No se aprecia ninguna diferencia - ha precisado la investigadora- tanto en peso de la concha como en la carne de los moluscos cultivados dentro de la bahía y los cultivados durante un año frente a las costas, y la mortalidad es muy baja, por debajo del 5%".


El proyecto consiste en la instalación en el mar frente a las Cases d'Alcanar, de una estructura flotante, lo que se conoce como batea, para poder comparar el desarrollo del mejillón dentro y fuera de las bahías del Ebro. Los mejillones llegaron a la batea experimental en junio del año pasado y vivirán allí hasta finales del 2009, cuando hayan alcanzado la talla comercial.


Todo el mejillón que se produce en Cataluña (2.800 toneladas por un valor de 3 millones de euros) es de cultivo y viene de las 176 bateas que hay instaladas entre las bahías de Alfacs y El Fangar, en el Delta del Ebro.


Aumento de las temperaturas

La mortalidad, según apuntan las investigaciones, son desencadenadas por el aumento de la temperatura por encima de los 28 grados, día y noche, durante un periodo superior a una semana. Según los investigadores esta mortalidad es recurrente porque la subida de la temperatura del agua es un fenómeno natural en las bahías del Delta del Ebro, que además viene reforzado por la tendencia del calentamiento global.


El coordinador del programa de seguimiento de la calidad de las aguas del IRTA, que incluye el seguimiento continuo de las temperaturas del agua, el investigador Jorge Diogene Fandini, ha comentado que "se esta notando un impacto importante" en estos cultivos del aumento global de las temperaturas


Diogene Fandini ha explicado que el ecólogo Xabier de Pedro en su reciente tesis doctoral señala, a partir de los datos registrados en cien años en el observatorio de Roquetes, que las temperaturas medias máximas en el fondo de la bahía "han aumentado 3 grados y eso es muchísimo".


En la batea experimental instalada fuera de las bahías no se ha superado nunca los 26 grados, lo que descarta la mortalidad como las que en el 2003 y en el 2006 afectaron a los mejillones en ambas bahías, con un gran impacto económico y también medioambiental.


Ramon ha señalado que tener los cultivos de mejillón fuera de las bahías "no representa ningún punto negativo y si la ventaja de la temperatura".

La responsable del proyecto considera que el cultivo fuera de delta no se corresponde en este momento con los intereses de los productores "porque les exige invertir en las nuevas estructuras, barcas y cuerdas, entre otros costes y además, les es mas cómodo continuar con las bateas en las bahías, cercanas y protegidas.


Para la investigadora, "lo que ahora querrían es disponer de alguna instalación donde poder trasladar los mejillones durante el periodo estival para volverlos a llevar a las bahías y seguir el proceso habitual".