CANTANTE

Loquillo: "Estamos elevando a la categoría de mito a lo peor de la caspa nacional"

"Los nacionalistas solo entienden y atienden a su cultura", apunta el cantante Loquillo.

Fumando esperaba Loquillo en el Hotel Palafox.
Loquillo: "Estamos elevando a la categoría de mito a lo peor de la caspa nacional"
DIEGO GARCíA

'Rock and Roll Star'. Un espectáculo que sintetiza los 30 años de Loquillo en el ruedo.

Diez años más, y como Franco. Da pena, pero en España no estamos acostumbrados a carreras largas.

Quizás también llegamos tarde a la primavera del rock.

¡Muy tarde! El rock, el idioma y el lenguaje del rock se normalizaron en este país en el 75. Por mucho que hayamos corrido, no podemos alcanzar a países identificados con este fenómeno desde el 57.

¿Usted ha contribuido a catalizar, a intentar acortar este retraso?

Esa ha sido mi lucha. Hay gente imprescindible en el rock español, como Burning o Ramoncín, y tantos que han ayudado a construir un lenguaje puro: el del rock.

La singladura apenas acaba de arrancar en el Palau Sant Jordi. Luego, otro éxito en Zaragoza en el Wanted Festival...

Estoy contento, a gusto. Esta es la primera parte de la gira. La segunda será en febrero, en un trabajo junto a Gabriel Sopeña.

Se aprecia un minucioso control, un orden en su trayectoria.

No me gusta mezclar. No hay nada más desagradable que un grupo de rock en un teatro. Me gusta la ética y la estética. Este año me lo estoy pasando bien. El trabajo sale bien cuando se hace con seriedad y cuando uno se divierte.

Como cuando Messi endulza nuestras terminales nerviosas.

¿Es usted del Barça?

Pues no. Pero los genios son genios vistan la camiseta que vistan.

Messi es tan grande porque se divierte. Disfruta y nos hace disfrutar. El éxito reside en equilibrar la seriedad con la diversión. Yo soy muy serio, pero divertido.

¿Observa seriedad o estulticia en el mundo exterior?

Vivimos en una sociedad efímera, con un concepto vago de la cultura. Ahora, cualquiera enchufa el ordenador, escribe una paranoia mental en un blog, lo cuelga en la red y se cree un gran escritor.

Un tonto con un lápiz es como un mono con dos pistolas...

Estoy demandando respeto, profesionalidad. Hay que nacer y crecer para ser lo que quieres ser. Y tener un respeto enorme cuando se escribe un libro o se pinta un cuadro o se crea una canción. Estamos en un momento de 'frikismo' insoportable. No vale todo. Ahora, hasta reivindicamos a Pajares y Esteso...

Loco, el número de imbéciles es infinito.

No tengo nada contra Pajares y Esteso; pero, ¿por qué no se reivindica a Saura? Nos estamos equivocando. Estamos elevando a la categoría de mito a lo peor de la caspa nacional por parte de unos guías que no tienen cultura. Pido respeto para el arte de verdad.

También se ha introducido en la literatura. Hablemos de su libro.

Me remito a la Barcelona que no existe, a la de los setenta.

¿Al chaval del barrio del Clot que jugaba al baloncesto en el Cotonificio de Badalona?

No hay que perder las raíces, pero tampoco estar demasiado atado a ellas. Sí, jugué en el Cotonificio, que era una fábrica de compresas. Coincidí en el Colegio Alpe con Epi. Y en el Cotonificio, con Aíto y Andrés Jiménez.

Pero el gigante que machacaba la canasta dejó la pista y se subió al escenario.

Con todas las consecuencias. El libro se sitúa en ese tiempo.

Y apunta directamente al epicentro de la cultura.

Subrayo a Barcelona como el centro de la cultura, como la ciudad transgresora anterior a la Transición, a la Movida madrileña, al lugar más libre de España, a la promotora de los movimientos feministas, homosexuales, la contracultura... El paraíso. Luego, llegó Pujol y se acabó todo.

¿El 'molt honorable president'?

Los nacionalistas solo entienden y atienden a su cultura. La política es un negocio que no es el mío. Lo mío es la música y la libertad.

Ahora se refugia en San Sebastián.

Allí vivo con mi hijo, que tiene 11 años, con mi familia.

¿No le miran las patillas por la calle?

Vivo allí porque la gente es muy correcta, porque sabe respetar. Si me señalan por la calle, suele ser algún visitante que ha encontrado a Loquillo paseando.