El Príncipe Harry pinta la cabeza de un fotógrafo

El Príncipe Harry de Inglaterra ha demostrado siempre disfrutar de gran humor, cuando no directamente tener una talante bastante gamberro. Lo volvió a confirmar el otro día en Nueva Zelanda, plantando una enorme mancha de pintura morada sobre la cabeza de Arthur Edwards, uno de los fotógrafos que sigue asiduamente las informaciones de la familia real británica.


La anécdota ha aparecido en el twitter de la Casa Real Británica @KensingtonPalace.


El hijo pequeño de la Princesa Diana llegó hace unos días a Australia para servir durante un mes en el Ejército del país oceánico, y se encontraba en el vecino estado de Nueva Zelanda realizando una visita oficial a un centro educativo en Auckland.


Una de las monitoras del centro le mostraba las actividades que realizaban con los niños, pintándole la mano con una pintura especial para juegos infantiles. A Harry no le hacía mucha gracia a juzgar por la cara que ponía pero pronto encontró cómo darle la vuelta a la situación y sacar diversión de un acto formal. Ni corto ni perezoso se dio la vuelta y salió corriendo para estampar su mano sobre la cabeza, más bien calva, de Edwards, que acabó con la palma y los cinco dedos del hijo del príncipe Harry estampados en la frente. Acto seguido, el hijo de Carlos de Inglaterra salió corriendo de la sala sin parar de reírse.


Edwards se lo tomó con humor británico, y sonrió también, resignándose además a ser el entonces el fotografiado. Arthur Edwards, de 74 años, sigue los viajes de la familia real británica desde que comenzase su oficio de fotógrafo en 1997 en el periódico The Sun, por lo que conoce al príncipe Harry desde que nació y tiene una relación de confianza con todos los miembros de la corona.