RECORRERÁ MÁS DE 55.000 KILÓMETROS EN SU VELERO

El 'más difícil todavía' de un marinero maño

Luis Miranda se prepara para dar la vuelta al mundo en su velero. Solo, durante un año, sin escalas... y con mucha ilusión.

Luis, en el Club Náutico, ante el Ebro. De sus aguas partirá rá en octubre para cumplir su sueño, que explica en su web retoalavida.com
El 'más difícil todavía' de un marinero maño
OLIVER DUCH

Nació bajo el amparo del Ebro, hace 45 años, y a él vuelve para otro inicio, el de su gran reto. Como los ríos, el navegante sueña con el mar. Y así, el zaragozano Luis Miranda, que logró su primer título náutico en 1981, siempre soñó con dar la vuelta al mundo en barco. Hoy, está más cerca de cumplirlo. Porque está ultimando los preparativos para iniciar el viaje. Será en octubre, con su propio velero, en solitario y con otra dificultad: sin asistencia ni tocar tierra. Recorrerá 55.600 kilómetros (30.000 millas en argot marinero) en más de 300 días de ruta, en los que no empleará combustibles fósiles, sino energías renovables. "Estos retos suelen hacerse con barcos rápidos de competición, pero el mío tiene 8 metros de longitud y es asequible a todo el mundo", explica Luis, que pagó 5.800 euros por su embarcación.

 

La travesía se iniciará en San Carlos de la Rápita, en el Delta del Ebro, y está previsto que pase por tres cabos míticos en la historia de la Navegación -Buena Esperanza (Sudáfrica), Leeuwin (Australia) y Hornos (Chile)- para volver de nuevo a Tarragona. "Para cumplir mis objetivos, era esencial llevar el proyecto a los extremos: un barco pequeño y accesible y la ruta más extrema", señala el navegante. Aun así, anuncia que evitará las zonas con piratas y secuestros. "Miedo no tengo, si acaso, respeto al mar", reconoce. Porque es consciente de que existen riesgos, pero no se desanima. "Hay una posibilidad real de no volver, pero aquí también te puede atropellar un coche", afirma.

 

En cualquier caso, para hacer la empresa más sencilla, Luis está diseñando sistemas de seguridad que ayudarán a afrontar el viaje con garantías. "Si vuelca, que volcará, se pone hacia arriba solo", tranquiliza el zaragozano a los escépticos. Que los hay. Pero también muchos apoyos, como el de la delegación aragonesa de la Real Liga Naval Española, que ya prepara una base de operaciones en Zaragoza para seguir el recorrido.

 

Y hasta aquí los datos técnicos. Porque en este viaje, más que los números, importan las motivaciones. Y esas son mayores que los kilómetros por recorrer. Ante todo quiere que su aventura sea una forma distinta de divulgar la navegación, como algo que "no está reservado a los ricachones" y que sirva para resaltar valores como el esfuerzo o el amor por la naturaleza.

 

Llevará latas y comerá también de lo que pesque. Y tendrá otro desafío: dejar de fumar para no tener que hacer escala al quedarse sin existencias. Tampoco faltarán los libros. Pero la mayor carga que llevará encima será la de su propia motivación personal. "Tras más de 20 años como empresario, he pasado una mala etapa. Y he querido realizar mi sueño. Espero que sirva como ejemplo para muchas otras personas", se sincera. De momento, ya lo es para su madre, que le apoya incondicionalmente y que da nombre al velero: Pilar Ortiz.