CURACIÓN DE UN NIÑO

El cardenal Dziwisz desvela un supuesto milagro de Wojtyla 

El cardenal de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, que fuera secretario personal de Juan Pablo II durante 39 años, contó que hace pocos días un niño polaco paralizado por un tumor se levantó de imprevisto y comenzó a caminar tras visitar la tumba del papa Wojtyla en el Vaticano.


Dziwisz, que se encuentra en Roma para rendir homenaje a Juan Pablo II en el cuarto aniversario de su muerte, así lo manifestó en declaraciones al canal de televisión por satélite Sky TG24.


El purpurado evitó pronunciar la palabra "milagro", señalando que él ha sido testigo personal "de las muchas gracias", que no llamó "milagro", concedidas por intercesión de Juan Pablo II, "especialmente sobre los enfermos de cáncer".


Entre esas gracias el cardenal Dziwisz contó el caso, ocurrido recientemente, según aseguró, de un niño polaco de 9 años, de la ciudad de Gdank, inmovilizado en una silla de ruedas debido a un tumor al riñón, llevado por sus padres ante la tumba del papa Wojtyla.


Tras rezar ante la tumba de Juan Pablo II, que se encuentra en las Grutas Vaticanas, el niño y sus padres salieron de la basílica y ya en el exterior el niño dijo a su progenitores, según aseguró el cardenal, que quería caminar. "Quiero caminar, dijo el niño, que se levantó de la silla y comenzó a andar", afirmó el purpurado.


Este caso se une al conocido también en esta jornada referente a un supuesto milagro por intercesión de Juan Pablo II en la persona de un hombre de EE. UU., Jory Aebly, de 26 años, natural de Clevenland.


El joven resultó herido en la cabeza "de manera letal", según contó una televisión de EE. UU., pero se recuperó de manera inexplicable tras recibir un rosario de Juan Pablo II.


En junio de 2005 se abrió el proceso que puede llevara a la beatificación de Juan Pablo II. Entre los muchos supuestos milagros que se le adjudican, la Congregación para la Causa de los Santos indaga el caso de una monja francesa que padecía parkinson, la enfermedad del papa Wojtyla, y que se curó de manera inexplicable el día que falleció Juan Pablo II, el 2 de abril de 2005.