El Real Automóvil Club de España (RACE) advirtió de que los avisos previos sobre los controles de alcoholemia a los conductores pueden tener un impacto negativo en la seguridad vial.

El club automovilista, que ha recibido numerosas quejas de sus asociados acerca de los riesgos que encierra el conocimiento de la ubicación de los controles de alcoholemia, facilitado a menudo a través de páginas en Internet, recuerda que la ingesta de alcohol ha sido una de las causas fundamentales de la accidentalidad.

El Race expone que duda de la fiabilidad de esta información ya que, así como sucede con los datos de los radares móviles, cada organismo encargado de las pruebas de alcoholemia modifican regularmente estos puntos, incluso un punto ubicado a primeras horas de la noche puede ser trasladado a otra ubicación en pocas horas.

Añade en su información orientativa que el contenido sobre estas ubicaciones de los controles de alcoholemia que se contiene en una página web no indica en ningún momento el lugar de origen de estos controles y su procedencia.

La información sobre la ubicación de los controles de alcoholemia, afirma el Race, como sucede con la ubicación de los puntos fijos de control de la velocidad, "no viene respaldada ni avalada por ningún organismo o entidad de prestigio".

Ante ello, el club automovilista "desaconseja y rechaza" estas iniciativas por carecer de rigor e inducir a la confusión, al tiempo que reitera su alerta sobre los riesgos que supone la conducción bajo los efectos del alcohol.

También el Race cuestiona que las pruebas de alcoholemia que se efectúan en la vía pública sean un servicio que pueda demandar un usuario y apunta que existen productos disponibles en el mercado que permiten conocer el grado de alcohol en aire espirado.

En el caso de que un conductor se vea sometido a un control de alcoholemia, el usuario se ve obligado a realizar dicha prueba y si se niega a la misma, a requerimiento de los agentes, el conductor puede ser detenido, enfrentándose a un delito tipificado en el Código Penal, con penas de prisión de hasta un año y retirada del carné de conducir de hasta cuatro años.