CRIMEN DE VALLECAS

El autor confeso del crimen de la niña de Vallecas se entrega en la comisaría de Delicias

Apareció a primera hora de la mañana en la recepción de la comisaría de Delicias, en actitud aparentemente tranquila. Se confesó autor de un homicidio y, tras cotejar sus datos, fue detenido por la Policía. El presunto autor de la brutal muerte de la joven dominicana de 12 años el sábado en Vallecas, que estaba en orden de búsqueda y captura, se entregó ayer por su propia iniciativa en Zaragoza. Este individuo fue posteriormente trasladado a la Jefatura Superior de Policía, donde permanece a la espera de que el juez autorice su declaración.


Aún no está clara la motivación que llevó al presunto homicida a trasladarse hasta Zaragoza y a autoinculparse en esta comisaría. Su aparición fue una sorpresa. Llegó con calma a la ventanilla y dijo que era el asesino de la niña acuchillada 24 horas antes en el barrio madrileño, un suceso que causó conmoción por la edad de la víctima. A continuación, los policías comprobaron la identidad del confesor y constataron en las bases de datos que era buscado por estos hechos. Entonces se pusieron en contacto con la Brigada Provincial de Policía Judicial (BPPJ) de Madrid, que está a cargo de la investigación, y confirmaron la noticia.


Apenas se conocen más datos sobre las circunstancias que rodean al suceso, dado que el juez ha decretado el secreto de sumario al estar involucrada una menor. El individuo, que era el principal sospechoso, ha pasado la noche en los calabozos de la Jefatura de Policía de Zaragoza, donde se le han practicado el resto de las diligencias judiciales. Hoy, el magistrado que instruye el caso decidirá si el grupo de homicidios que lo investiga viaja a la capital aragonesa o bien si el detenido es trasladado a Madrid.


Una puñalada en el tórax

 


Los hechos se produjeron sobre las nueve de la mañana del sábado, en un modesto edificio de viviendas situado en el distrito de Puente de Vallecas. Al parecer, un hombre de mediana edad, de tez morena y que huyó del lugar sin prisas fue el autor de la puñalada que causó la muerte a la niña de 12 años. La cuchillada se produjo en el tórax y le afectó también al corazón, lo que le provocó una gran pérdida de sangre. Nada pudieron hacer por su vida los sanitarios del Samur que acudieron al lugar a socorrerla, donde la menos sufría una parada cardio-respiratoria. Falleció a los pocos minutos de la agresión.


Desde el primer momento, los agentes del Grupo V de Homicidios de la Policía madrileña, la sección encargada de llevar a cabo las pesquisas, barajaron que el asesino era alguien del círculo cercano a la víctima, sobre todo por el hecho de que el cerrojo de la vivienda no había sido forzado, por lo que o la puerta estaba abierta o el autor de los hechos tenía llave. Al parecer, miembros de la familia de la víctima han identificado al sospechoso como un joven de algo menos de 30 años que mantenía una relación sentimental con la tía de la niña.


Las declaraciones de los testigos apuntaron también en la misma dirección. Uno de ellos, una vecina que llegó a ver aún con vida a la niña fallecida, declaró que un hombre delgado, de mediana edad, alto y de rasgos morenos, salió de la vivienda en la que residía la víctima justo después del suceso y, sin inmutarse, volvió a entrar para recoger algo y abandonó el edificio. Vestía con un pantalón de color gris y una camisa blanca a rayas rosas. Según otros testigos, caminó con tranquilidad por la calle de Pico Cejo -donde está ubicado el bloque de viviendas- y dobló la esquina.


Aunque todavía falta por conocer muchos de los datos alrededor del suceso, una de las posibilidades que se tienen más en cuenta es que el asesinato tuviera tintes sentimentales. Según informaba ayer el diario El País, fuentes de la investigación apuntarían hacia un joven que vivía en casa de la menor y de su madre, de nombre Amalia y que trabaja en una residencia de ancianos en Madrid. Hace tres años, esta mujer ya perdió a otro hijo, de 14 años, en la República Dominicana, el país de origen de la familia y donde aún permanece el padrastro.


Madre e hija habían llegado a España dos años atrás, y al parecer apenas llevaban unos días alquiladas en el piso de la calle de Pico Cejo, 22. En el momento de la agresión, la niña estaba sola en la vivienda, ya que la madre había salido a primera hora hacia su lugar de trabajo. Sin embargo, alguien la avisó de lo que ocurría, puesto que se presentó en el lugar del suceso cuando los equipo de emergencia trataban de reanimar a su hija. En ese momento sufrió un ataque de nervios, motivo por el que tuvo que se trasladada a un centro hospitalario, donde fue atendida.