En Internet se mueve un comercio alternativo. Una nueva manera de comprar y consumir está creciendo a través de cooperativas. Por un lado, consumidores preocupados por el medio ambiente y por la calidad de los alimentos. Buscan productos ecológicos, a buen precio, cerca de casa. Por otro, agricultores y productores que cultivan frutas y verduras ecológicas, ganaderos, pasteleros… Unos y otros se encuentran en la red, y en persona.

En Aragón están surgiendo en los últimos años varias cooperativas de consumidores de productos ecológicos. Otras comunidades, como Cataluña, Navarra o el País Vasco, llevan años de adelanto. Y en otros países de Europa es una experiencia mucho más conocida y extendida. Son familias que se asocian para comprar directamente a los productores, saltándose los intermediarios y buscando alimentos artesanales y de calidad.

Diez familias (unas 25 personas) de Peñaflor montaron hace dos años la cooperativa Ecoflor. Comprar para ellos no es coger el coche e ir a un supermercado o gran superficie. Cada uno, desde su casa, rellena una lista de la compra en Internet. Tienen un catálogo de productos ecológicos (o al menos que el proceso de producción sea natural y artesano, aunque no tenga la certificación ecológica oficial): con aceite, embutidos vegetales, frutas, verduras, panadería, pasta y legumbre, productos de limpieza, etc.

Cada familia se encarga de gestionar un tipo de pedido, por teléfono o por Internet. En unos casos; el productor lo envía por mensajería; otros, van a buscarlo directamente. Además, cada mes se reúnen todos los socios para comentar qué les ha gustado y compartir experiencias.

“Nuestro objetivo es comprar productos ecológicos, sin aditivos químicos, más sabrosos, más sanos y más saludables. Buscamos productos de la zona y compramos directamente al productor para evitar la cadena de intermediarios que encarecen el producto. Nos organizamos en asamblea porque creemos que es una manera de enriquecerse personalmente y de repartir el trabajo”, explica Eduardo Romero, uno de los socios. “Internet es una herramienta muy útil. Te permite organizarte y contactar con los productores más fácilmente”, añade Eduardo, de 36 años, informático en el Ayuntamiento de Zaragoza.

En Zaragoza, hay varias cooperativas de consumidores de productos ecológicos. La de El Bisaltico es una de las más veteranas. Treinta familias de Zaragoza y alrededores se agruparon en 2003 para comprar alimentos ecológicos. Abrieron una tienda en el barrio de Las Fuentes y contrataron a un trabajador. Actualmente son más de 100 familias con una variedad de 500 productos distintos. Los socios encargan su compra a través de una página en Internet y la cooperativa hace los pedidos directamente a los productores. Después, los productos se envían a casa o la gente pasa a buscarlos por la tienda (que también está abierta al público).

Este comercio alternativo beneficia tanto a los consumidores como a los productores. “Hace nueve años, reconvertimos nuestra explotación y empezamos a cultivar fruta ecológica. Después montamos una fábrica de zumos. Fuimos creciendo y tenemos mucho trabajo. Es un mercado que va a más”, asegura Marcos Barranco, socio de la empresa familiar Biofrutal, en Binaced.

Tres agricultores de Sariñena y Fraga montaron Del Campo a Casa para producir y comercializar fruta y verdura ecológica. Sirven a 200 familias de Zaragoza, Huesca y Lérida. “Queremos recuperar la idea del campo y mantener una relación directa con los consumidores. Defendemos el respeto del medio ambiente y un desarrollo realmente sostenible”, afirma Patricio Barquín.

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