“Tenemos más amigos pero de menos calidad”

Las redes sociales han propiciado una aumento exponencial de las relaciones sin vínculo afectivo real.

Las redes sociales, como Facebook o Instagram, han cambiado la manera de relacionarnos entre los seres humanos. En la actualidad, podemos llamar “amigos de Facebook” a una extensa red de relaciones que pueden superar varios centenares de personas. Pero, ¿cuál es la naturaleza de esa amistad? ¿Podemos considerarlos realmente “amigos”?

A estas cuestiones responde el profesor de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo de la Universidad de Zaragoza, Juan David Baringo.

“No es que tengamos menos amigos”, dice Baringo, “Tenemos más amigos, pero la relación de amistad con ellos es menos fuerte”, explica el sociólogo.

Las relaciones de amistad a través de las redes sociales “han crecido de manera exponencial”. “Encontramos que en un perfil de Facebook podemos tener 400 contactos. Sin embargo, el tiempo que utilizamos para relacionarnos con ellos es el mismo que teníamos para hacerlo con nuestros amigos cuando no existían las redes sociales”, recuerda Baringo. Por lo que “dedicamos menos tiempo al contacto presencial, al cara a cara, con el grupo pequeño y lo trasladamos hacia contactos más fugaces a través de las redes sociales”, continúa el sociólogo.

Pero...¿Por qué dedicamos tanto tiempo a relacionarnos con personas que no son amigos “de verdad”?

Para Juan David Baringo la clave está en la llamada “juventud postmoderna”. Una juventud que “busca evitar ciertos compromisos vitales por temor a un compromiso para toda la vida, como puede ser cuidar a un familiar, el matrimonio o incluso una hipoteca”, asevera Baringo.

“Tenemos cierto temor a contraer vínculos que nos coaccionen durante el resto de nuestras vidas y buscamos relaciones que no lo hagan, en las que podamos ir cambiando de una a otra si nos resultan incómodas”, sostiene el sociólogo. E insiste: “El ser humano necesita relaciones afectivas fuertes y el riesgo de este aumento exponencial puede ser el sacrificio de la calidad de las mismas”.

Por ese motivo, Baringo asegura que “es muy importante que, además de esos cientos de amigos de Facebook, conservemos un pequeño grupo primario de cinco o seis personas con los que mantengamos una vínculo fuerte”, concluye el sociólogo.

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