¿Por qué es bueno que tus hijos se aburran de vez en cuando?

¿Que se aburran? Sí, de vez en cuando, claro, porque cuando un niño no sabe qué hacer surge la creatividad, se las ingenia para no aburrirse, busca otras opciones.

Pongámonos en situación: Pablo, 10 años, fin de semana... Se ha levantado a las 10.00 de la mañana, son las 14.00: lleva cuatro horas clavado frente al ordenador -la alternativa no era mucho más prometedora: tele y más tele-; su hermana, María: más de lo mismo. Su madre, desesperada y por enésima vez, berrea: “¡Pablo, María, apagad ya ese maldito ordenador, que se os va a poner cara de pantalla!”. ¿Os suena? Si durante el día a día del curso ya cuesta conciliar pantallas con responsabilidades, imaginemos la situación durante el fin de semana, sin clases, con todo el tiempo del mundo libre por delante. Hay padres, realmente alarmados, que incluso reconocen que les cuesta sacar a sus hijos de casa, incluso, cuando les ofrecen planes de ocio realmente interesantes.

Temor a no saber qué hacer

La mayoría de expertos coincide en que cuando los niños -y los adultos también- pasan de una actividad muy rígida y muy marcada durante la semana -clases, actividades extraescolares, deberes...- a la relajación, y en cierto modo desorden, que generalmente puede implicar el fin de semana, se puede producir un vacío que les genera angustia. Y es, precisamente, ese temor por no saber que hacer, cómo llenar su tiempo libre el que los arrastra al consumo frenético de las pantallas -TV, ordenador, consola, móvil...-

Aguantar el tirón

Está demostrado que es imposible ponerle puertas al campo, vamos, que la posibilidad de prohibirlas ni tan siquiera se contempla; pero lo que sí podemos y debemos hacer es limitar su uso, marcarles un tiempo establecido de antemano, que, por supuesto, ha de respetarse a diario y a rajatabla, incluido el fin de semana, las vacaciones, las fiestas... En este contexto, los padres también tenemos mucho que decir: hay que saber aguantar el tirón del niño cuando se aburra -es fácil tenerlos todo el día tranquilos y callados frente al ordenador- y, sobre todo, ser capaces de ofrecerles alternativas de ocio para llenar ese tiempo 'robado' a las pantallas.

Papá me aburro

Aunque muchos padres se echan a temblar cuando sus hijos pronuncian el consabido “papá, me aburro”, los expertos argumentan que los niños utilizan el aburrimiento como arma arrojadiza para conseguir sus objetivos y que no es malo que se aburran, no siempre, claro. ¿Que se aburran? Sí, porque cuando un niño no sabe qué hacer -recordemos que tiene limitado el uso de pantallas- surge la creatividad, se las ingenia para no aburrirse, busca otras opciones, ideas, posibilidades... Y no digamos nada si tras apagar la pantalla del ordenador o de la tele, somos nosotros los que nos ofrecemos a jugar con él.

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