Abuelos 'canguro': la responsabilidad de decir “no” a los nietos

Al tratarse de generaciones diferentes, el modelo educativo de padres y abuelos difiere bastante, por lo que, para evitar conflictos, conviene acordar las normas de convivencia.

Sin sobrecargarlos, son los candidatos ideales para ayudarnos a educar a nuestros hijos.
Sin sobrecargarlos, son los candidatos ideales para ayudarnos a educar a nuestros hijos.
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Empujados por la crisis económica, los abuelos -nuestros queridos y sacrificados padres- ejercen de sempiternos ‘canguros’ de sus nietos -nuestros hijos-, la mayoría de ellos durante todo el curso escolar, y no descansan ni en vacaciones, porque las escolares no suelen coincidir con las de sus hijos -las nuestras, claro-. Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, la mitad de los abuelos españoles dedica al menos seis horas diarias al cuidado de sus nietos; y durante el verano, alguna más.

Encantados con la situación

No sabemos si lo dicen con la boca pequeña o no, pero lo cierto es que, casi en su totalidad, nuestros mayores reconocen estar encantados con esta situación y los pequeños... también. Todo el mundo sabe que, por decreto intergeneracional, los abuelos ejercen de ‘malcriadores’ oficiales de los chicos: por la cantidad de mimos, besos, caprichos y todas esas cosas estupendas, como decirnos que somos los más guapos, que con tanto esmero y dedicación dispensan. Por cierto, creo que el de ‘malcriadores' es un cargo gratificante, digno y muy justificado, si tenemos en cuenta que bastantes límites y normas tuvieron que imponer ellos ya cuando ejercieron de padres con nosotros.

La responsabilidad de decir "no” a los nietos

Sin embargo, al tratarse de generaciones diferentes, el modelo educativo de los padres difiere bastante del de los abuelos, por lo que psicólogos y psicopedagogos recomiendan que, para evitar posibles roces y conflictos, conviene clarificar y acordar con antelación las reglas y normas de convivencia que han de seguir los pequeños, al cuidado de sus abuelos, para que exista una continuidad cuando los chicos regresan a su casa o están con sus padres. De lo que se desprende que los abuelos que tienen nietos a su cargo también tienen la responsabilidad de saber decir "no" a las demandas sin sentido de los pequeños.

Sobrecarga emocional

Abuelos y nietos conforman un beneficioso binomio familiar. Unos aportan su experiencia y sabiduría sobre la vida, mientras que los otros –aunque agotadores– con su alegría y su cariño, casi, casi, se podría afirmar que los hacen rejuvenecer. Además, los abuelos no son solo meros cuidadores y, en muchos casos, incluso participan activamente en el proceso educativo de sus nietos. Afortunadamente, un porcentaje muy elevado de nuestros mayores, aproximadamente un 75%, disfruta de buena salud y de un grado elevado de movilidad e independencia, lo que los convierte en candidatos perfectos para ayudarnos a educar a nuestros hijos, estemos o no en crisis.

Pero, siguiendo las indicaciones de los geriatras, debemos entender que una cosa es que se sientan satisfechos y felices, y otra muy diferente que debamos someterlos a una sobrecarga emocional y de responsabilidades. Está claro, pues, que los abuelos también deben aprender a decir "no"... a sus hijos.

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