¿Por qué es tan saludable el esquí?

¿Por qué es tan saludable el esquí?

Los beneficios de deportes como el esquí son numerosos, ya que conjugan ejercicio físico con descanso mental.

¿Por qué es tan saludable el esquí?
¿Por qué es tan saludable el esquí?

Las vacaciones son imprescindibles para desconectar y darle al cuerpo un descanso. El ajetreo de la vida cotidiana a menudo acarrea consecuencias físicas y mentales, haciendo que el descanso sea una cuestión vital para mantener una buena salud. Aunque el verano es la época vacacional más extensa del año, no se deben olvidar las posibilidades de ocio y sosiego que nos brindan otros periodos estacionales. Una de las opciones más populares para el ocio invernal son las en zonas de nieve para practicar  “deportes de invierno”. Afortunadamente, la variedad es muy amplia y las primeras ofertas de esquí ya están disponibles.

Antes de ponerse a esquiar es imprescindible buscar una buena localización donde la calidad asegure una buena experiencia, hecho que está garantizado si se decide esquiar en Grandvalira, un espacio situado al norte de Andorra y que ofrece una multitud de ofertas.

Los beneficios de deportes como el esquí son numerosos, ya que conjugan ejercicio físico con descanso mental, una fórmula altamente eficaz a la hora de mejorar la salud. Tanto si se tiene experiencia en este deporte como si no, el esquí se presenta como una forma de mantenerse sanos y felices todo el año.

El primer efecto positivo que se experimenta al esquiar es la considerable mejora de la oxigenación de la sangre. Al tratarse de un deporte que se practica en montañas alejadas de la contaminación de las grandes ciudades, el aire es más puro, y eso repercute favorablemente mediante una mayor aportación de nutrientes al organismo. Una mejor oxigenación de la sangre permite aumentar el rendimiento físico, manteniendo a raya el cansancio y la desmotivación.

Otra ventaja que tiene practicar esquí es la mejora del sistema cardiovascular y la prevención de enfermedades cardíacas. Al tratarse de un ejercicio aeróbico, el gasto energético que se experimenta es alto, hecho que permite disminuir la grasa y, por lo tanto, el sobrepeso; así como reducir los altos niveles de colesterol. Según numerosos estudios especializados, la media de gasto energético oscila entre las 400 y 700 kilocalorías por hora de ejercicio realizado, dependiendo de la intensidad del mismo. Además, la naturaleza del ejercicio hace que tanto la respiración como la circulación sanguínea mejoren notablemente al poco de iniciarse en el deporte.

Por otro lado, también se mejora de la  condición física. Este progreso se percibe en la resistencia muscular, así como en un aumento de la capacidad de concentración y coordinación entre diferentes áreas musculares. Además, el equilibrio se ve gradualmente mejorado tras practicar este deporte.

Los músculos que más se ejercitan cuando se practica el esquí son los cuádriceps, así como los glúteos, los lumbares y los gemelos. Por otro lado, aunque no sea el foco principal del ejercicio, el esquí fortalece la llamada zona del core, permitiendo lograr una buena postura en el núcleo del cuerpo.

Sin embargo, para lograr los resultados deseados, es muy importante prestarle atención también a la alimentación. Si ya es fundamental estar atentos a los alimentos que se ingieren de forma habitual, cuando se practica un deporte como el esquí es necesario tener en cuenta varias recomendaciones. Según los nutricionistas, para poder esquiar de forma efectiva se debe echar mano de dietas donde los hidratos de carbono y las proteínas estén siempre presentes. De lo contrario, la energía que se consume será insuficiente para el gasto energético que se pretende realizar, limitando los beneficios de este deporte.

En el cuanto a la dimensión mental, el ejercicio libera endorfinas que transmiten una sensación de felicidad y relajación, y eso mejora notablemente el estado anímico de las personas que lo practican. Por otro lado, la realización de cualquier deporte ayuda a consolidar la autoestima y a reducir la ansiedad. En el caso de los deportes que se desenvuelven al aire libre y que requieren de concentración los beneficios psicológicos se incrementan, ya que tanto el entorno como la propia actividad física ayudan a liberar tensión y estrés.

Aunque el esquí es una práctica muy recomendable para personas que gozan de un estado se salud bueno, es necesario advertir que está contraindicado para aquellas que sufren algún tipo de patología física. Como norma general, podemos determinar que el esquí está desaconsejado para las personas que sufren problemas de hipertensión arterial y que deben de estar muy pendientes de su presión arterial, puesto que esta tiende a elevarse a determinadas altitudes. Por otro lado, el esquí también está contraindicado para aquellas personas que padecen enfermedades cardíacas o respiratorias.

Si se padece alguna de estas afecciones o se sospecha que la condición física non es la adecuada para la realización de deportes de nieve,  es recomendable solicitar información y consejo al médico de cabecera, quién estudiará cada caso particular y hará las estimaciones oportunas.