"Tú eras muy rubito", te dice tu madre una y otra vez, aunque a estas alturas de la vida adulta tu pelo oscila entre un ceniza oscuro y un castaño clásico. Y las fotos confirman que ella tiene razón: de niño lucías una pelambrera casi albina, que hace mucho quedó olvidada en el cajón de los recuerdos.

¿Por qué el pelo se oscurece con el tiempo? Bueno, en realidad, no le pasa a todo el mundo. Hay bebés que ya vienen al mundo con una mata de pelo casi negro y hay otros a los que el cabello rubio les dura toda la vida.

Una cosa u otra vienen determinados por la genética y por el proceso de desarrollo del pelo.

Lo que da color a nuestro cabello es un pigmento, la melanina. Esta puede ser de dos tipos: eumelanina y feomelanina.

La primera es la que abunda en los cabellos castaños y negros y la segunda es la que hace que el pelo sea rubio o pelirrojo.

La herencia genética que recibimos de nuestros padres es la que decidirá si somos rubios o morenos. Pero en el caso de los niños, sus melanocitos están todavía en desarrollo y, por eso, su pelo es más claro que el de los adultos.

Con los años, aumentará el nivel de melanina y solo entonces podremos saber cuál será su color de pelo definitivo: si hay más feomelanina serán rubios. Si gana la eumelanina -lo que suele ser más común-, pertenecerán al bando de los castaños o los morenos.

Y aunque parece que ser rubio garantiza un plus de atractivo, a los adultos de pelo oscuro les queda un consuelo: su cabello es más fuerte y más resistente que el de las personas rubias (además, siempre podrán recurrir al tinte pare recuperar esa cabellera rubia de la que tanto presume su madre en las comidas familiares...)..