Enseña a tus hijos a disfrutar en el agua, pero con precaución

Los niños son atrevidos, se cansan enseguida, no tienen conciencia del peligro, así que, cuando están dentro del agua, cualquier despiste puede acarrearnos un disgusto serio.

Aguadillas -algunos niños las toleran fatal–, juegos bruscos, golpes... pueden causar también lesiones muy serias.
Aguadillas -algunos niños las toleran fatal–, juegos bruscos, golpes... pueden causar también lesiones muy serias.

Los ahogamientos son la segunda causa de mortalidad infantil entre niños de 1 a 4 años y más del 70% de las muertes se producen en piscinas privadas. Y si además tenemos en cuenta que a los dos minutos de sumergirse en el agua quedan inconscientes y que si el tiempo transcurrido supera los seis, el daño cerebral puede ser irreversible, qué más datos hacen falta para cerciorarnos de lo importante que es no descuidar, ni un solo minuto, la vigilancia de los pequeños en las zonas de baño –playas, piscinas, ríos, embalses...–. Los niños suelen ser atrevidos, se cansan enseguida, no tienen conciencia del peligro, así que, cuando están dentro del agua –incluso aunque sepan nadar–, cualquier despiste puede acarrearnos un disgusto serio. Por eso, abordemos algunas recomendaciones interesantes para disfrutar en el agua, manteniendo siempre a flote su seguridad y la nuestra.

¡No busques el peligro! La primera recomendación a seguir parece obvia: bañarse únicamente en los lugares habilitados para ello y seguir al dictado las indicaciones y advertencias de seguridad de letreros y socorristas. Explicar a los pequeños lo que podría pasar si esas normas no se cumplen es vital y puede frustrar alguna que otra imprudencia. Manguitos y flotadores, sí, pero… ¡cuidado! Otra obviedad: manguitos y flotadores sirven para algo... No hay que fiarse, siempre es mejor prevenir que curar. Aunque los juguetes dentro del agua también pueden resultar una trampa; si el niño está fuera puede querer ir a por ellos. Y seamos sensatos... En la piscina siempre deben bañarse en las zonas infantiles y en playas y ríos, no les permitas adentrarse sin comprobar antes la profundidad, que las apariencias engañan. Ahogamiento y otros riesgos. Expertos en prevención nos recuerdan además constantemente que el ahogamiento no es el único riesgo latente y que golpes, aguadillas -algunos niños las toleran fatal–, juegos bruscos... pueden causar también lesiones, incluso medulares, muy serias. Habrá que tener en cuenta pues estas observaciones, a los chavales les encanta tirarse de cabeza y exhibirse en trampolines, plataformas y toboganes. En la playa, siempre ‘al pie del cañón’. Ten en cuenta que es mucho más fácil perderlos de vista y existen además otros peligros añadidos como colchonetas, patinetes, motos acuáticas… Y ¡ojo! con los cortes de digestión. Después de comer o de haber tomado mucho rato el sol, es mejor esperar un par de horas antes de zambullirse en el agua; el viejo soniquete del famoso ‘corte de digestión’, con el que nos aburrían nuestros padres y abuelos, no es un cuento chino. Se le llama así porque suele producirse tras una comida copiosa, pero en realidad lo que ocurre es que el cuerpo sufre un síncope de hidrocución, provocado por el brusco contraste de temperatura, cuando entramos de golpe en el agua. Y aconséjales bien. Al menor síntoma de cansancio, ante el mínimo dolor de cabeza... corriendo a la toalla.

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