¿Por qué se llama siesta del carnero a la cabezadita de antes de comer?

No es tan famosa, pero da tanto gustito como la siesta de la tarde.

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Una siesta es la mejor manera de recargar las pilas.
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La siesta clásica, ya se sabe, es la que nos echamos después de comer. Con el estómago lleno entra el soporcillo y es difícil no caer rendido a ese sueño reparador que nos carga las pilas para las actividades de la tarde. Lo de dejarlo en una cabezadita en el sofá o ponerse el pijama e irse a la cama ya queda al gusto -y al horario- de cada cual.

Pero hay otra siesta menos común que también tiene sus fieles: es la siesta del carnero, esa que se practica justo antes de la hora de comer.

El diccionario de la RAE incluye el término 'siesta del carnero', aunque en algunas zonas de España se la conoce como siesta del borrego o siesta del gorrino. En cualquier caso, la cosa va de animales.

Y así tiene que ser, porque la expresión viene directamente de las labores de pastoreo. La siesta del carnero sería la que se echaban los pastores cuando, después de caminar toda la mañana, encontraban un buen pasto y podían descansar un rato mientras las cabra comían.

Después del descanso, llegaba la hora del almuerzo para el propio pastor.

De ahí a nuestros días, la expresión ha llegado intacta. Otra cosa es que la vida moderna nos deje muchos tiempo para practicar esta versión tempranera de la siesta. Si pueden, disfrútenla...

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