¿Cuándo aparecieron los botones?

Son casi tan antiguos como la humanidad, aunque los primeros no servían para abrochar la ropa.

Pequeños, grandes, redondos, cuadrados... pero siempre con sus agujeritos.
Pequeños, grandes, redondos, cuadrados... pero siempre con sus agujeritos.
Pixabay

Son tan comunes que apenas les damos importancia, pero los botones forman parte de la historia de la humanidad y no siempre estuvieron ahí.

De hecho, los primeros botones no tenían la utilidad de los actuales. Aunque eran similares -casi siempre redondos y con varios agujeros en el centro, para poder coserlos- eran meramente ornamentales. Se colocaban en las prendas como adornos y, dado el valor de muchos de ellos, eran un símbolo de estatus.

Los primeros aparecieron en la Edad de Bronce, en torno al 2.000 a. C. Estaban hechos de conchas talladas y agujereadas.

Durante varios siglos, el botón mantuvo su carácter decorativo. Pero en torno al siglo XIII apareció un inseparable compañero que le permitió tener su función actual: el ojal.

Numerosas pinturas de esa época muestran ya botones abrochados como forma de sujetar mangas o de cerrar chaquetas y vestidos.

Y desde entonces, esa pareja perfecta ha resultado imparable. Tanto, que es difícil imaginar un pantalón o una camisa sin al menos un botón y un ojal que abrochen y sujeten la prenda al cuerpo.

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