¿Existe la nieve rosa?

El cambio climático ayuda a que se extienda un curioso fenómeno natural.

La nieve rosa cambia el color del paisaje.
La nieve rosa cambia el color del paisaje.
Pixabay

No es un efecto óptico. La nieve puede ser rosa y dar al campo el fantasmagórico aspecto de un inmenso algodón de azúcar.

Este fenómeno, bautizado como Watermelon Snow (nieve de sandía, en español) es responsabilidad de un alga, la Chlamydomonas Nivalis, que sobrevive a temperaturas muy bajas y resiste en ambientes con poco oxígeno, como la alta montaña.

A la Chlamydomonas no le gusta el calor y, cuando llega la primavera y aumentan la radiación UV, produce unas pequeñas esporas que contienen astaxantina, un pigmento rosáceo que las protege del sol y que es el responsable del cambio de color en la nieve.

El fenómeno se conoce desde siempre, y hasta Aristóteles habla de él en sus Tratados sobre la Naturaleza, pero parece que va en aumento debido al efecto climático. El alga necesita agua líquida para florecer, por lo que su expansión se ve favorecida por la subida de las temperaturas a escala mundial. Con más calor, la nieve baja su temperatura y las algas proliferan con más facilidad.

Así que, prepárese, porque quizá los bellos y blancos paisajes nevados tienen los días contados. Ya lo dicen los expertos... el rosa está de moda.

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