7 reglas para saber si tu casa es slow-pleasure o hiperchic

El ambiente en el que vivimos son es solo un espacio doméstico si que es el sitio en el que definimos nuestra manera de ver la vida. Como en la ropa, las elecciones de cada uno son muy personales y distintas.

La manera en que nos gusta recibir a los invitados revela nuestra personalidad.
La manera en que nos gusta recibir a los invitados revela nuestra personalidad.
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Tendencia o ciencia, la psicología ambiental investiga los comportamientos que producen bienestar a la persona y que reproduce en sus casas. No es una mera cuestión de estética, de practicidad o de mera necesidad de organizar el espacio, si no que nuestra casa revela muchas cosas de nuestra personalidad. Y cuando recibimos invitados, lo que hacemos es dejarles entrar en nuestro verdadero yo. He aquí 7 reglas contemporáneas para crear un estilo único: el tuyo.

1.- ¿Slow-pleasure o hiperchic? Hoy en día, al invitar a comer o cenar en casa, nadie espera que sigamos todas las exigencias del protocolo. Pero sí que cabe distinguir entre aquellos anfitriones que organizan un encuentro relajado y casual (que no descuidado) y aquellos otros que crean un ambiente formal, elegante y sofisticado. Si eres de los primeros tu estilo es slow-pleasure; si eres de los segundos, te va el hiperchic.

2.- Ten en cuenta los colores. Una vez definido tu estilo, es preciso interpretarlo en los detalles concretos. Lo primero, antes de entrar en los objetos, es definir los colores con los que vestirás tu casa. El slow-pleasure se distingue por su paleta neutra: blanco, gris, rosa pálido o beige, sobre la que se dan puntadas de color según las estaciones. Si tu estilo es el hiperchic, debes cargar las tintas sobre el verde, el rojo y el negro.

3.- Define la forma. Una mesa redonda o una cuadrada pero amplia expresan un estilo casual, un modo de compartir sin grandes formalidades. Las mesas rectangulares y ovaladas, por el contrario, imponen una cabecera en la mesa, que hace pensar en unos rangos y prioridades a la hora de sentarse a la mesa, e iría ligado a un estilo hiperchic.

4.- El papel de manteles y servilletas. No basta con elegir una servilleta bonita, todos los tejidos (manteles, cojines…) juegan un papel fundamental porque, frecuentemente, son los más útiles para expresar nuestros gustos: terciolelo raso y seda son elegantes y refuerzan la importancia de la cita. El algodón y el lino son los materiales ideales para imprimir relajación e informalidad al ambiente.

5.- La cantidad de los objetos. La simplicidad es la nueva elegancia. Recibir no es un espectáculo teatral. Elimina todos los objetos que no sean realmente necesarios. Especialmente si la cita es informal, sin los invitados alrededor de la mesa, sino que ellos mismos se sirven, evita todo lo que pueda caerse con facilidad. Así lograrás un ambiente slow-living muy agradable. Pero si lo que te va es la sofisticación del hiperchic, una estética barroca y algo recargadas pondrá ese punto excesivo y dramático que te gusta.

6.- El estilo de las sillas. Una silla dice mucho de ti, y de cómo quieres tratar a los que te visitan. Envolvente y relajante para una comida casual; rígida y minimalista para los amantes del diseño sobre todas las cosas, y tapizada y cómoda para un estilo más formal.

7.- La iluminación. La luz debe ser la justa para que los invitados estén a gusto. En un grupo de sillones para conversar, la mejor elección es una lámpara de mesa que ilumine pero creando un ambiente recogido; sencilla y simple, de diseño escandivano, para los amantes del slow-pleasure; en el caso de los amantes de la sofisticación, unos candelabros crearán un ambiente más a su gusto. Sobre la mesa a la hora de cenar, una enorme araña para los anfitriones hipechic, y una lámpara con tulipa de origami para los practicantes del slow-living.

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