¿Por qué nos cambia la voz cuando inhalamos helio?

Es una broma simpática que tiene una explicación científica.

Los globos de helio no solo son divertidos por fuera...
Los globos de helio no solo son divertidos por fuera...
Pixabay

Seguro que alguna vez han hecho la prueba. Cuando el globo de helio que le hemos comprado al niño empieza a quedarse chuchurrío y el pequeño de la casa pierde interés, llega la hora de que los mayores aprovechen el 'juguetito'.

Es fácil. Solo hay que abrir el nudo que cierra el globo e inhalar el helio que guarda en su interior. El mismo gas que lo eleva hacia el cielo tiene un curioso efecto: hace que la voz adquiera un risible tono agudo, más propio de un personaje de dibujos animados que de un ser humano real.

El helio es un gas mucho menos denso que el aire y hace que las cuerdas vocales vibren a mayor frecuencia de lo habitual. La velocidad del sonido en el aire es de 344 metros por segundo, mientras que cuando lo hace a través del helio alcanza los 927 metros por segundo. Esa menor resistencia hace que nuestra voz alcance ese peculiar tono agudo.

Aunque jugar con este gas es muy divertido, conviene hacerlo con precaución, porque hay cierto riesgo de asfixia. Si inhalamos demasiado gas o lo hacemos muy deprisa, nuestros pulmones dejan de recibir oxígeno, y además se paraliza el reflejo respiratorio, que solo se activa ante la presencia de dióxido de carbono. En esas circunstancias, podemos dejar de respirar casi sin darnos cuenta y sufrir un percance serio.

Así que, ya saben, las bromas con helio están muy bien, pero solo un ratito, para evitar que el buen rato acabe en un susto.

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