España se encuentra entre las regiones "críticas" en Europa por el cambio climático

La Agencia Europea del Medio Ambiente destaca que los impactos del cambio climático constituyen una amenaza para la biodiversidad terrestre y marina.

Foto de archivo de una campaña de investigadores y técnicos del IPE en el lago Marboré
Los efectos del cambio climático en el Pirineo, medidos en sus ibones y turberas

España se encuentra entre las regiones "críticas" en Europa por el cambio climático, según se desprende del último informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente publicado este miércoles. Aunque no la cita específicamente, la AEMA señala que el sur y sudeste de Europa, así como las zonas costeras y las llanuras de inundación, se encuentran entre los "puntos críticos" del calentamiento del planeta en el continente. Además, las previsiones de costes de los daños asociados al cambio climático alcanzan un importe máximo en la región mediterránea. Todas estas observaciones afectan a España.


Estos puntos críticos está previsto que padezcan el mayor número de impactos adversos. El trabajo, titulado 'Cambio climático, impactos y vulnerabilidad en Europa 2016', afirma que todas las regiones europeas son vulnerables al cambio climático, aunque precisa que algunas de ellas experimentarán más repercusiones negativas que otras. Concretamente, se refiere al sur y sudeste europeo como regiones que están experimentando ya un "acusado aumento" de las temperaturas máximas y una consiguiente disminución de las precipitaciones y del caudal de los ríos.


Esto supone, asimismo, un incremento del riesgo de sequías más intensas, una pérdida de rendimiento de los cultivos, una pérdida de biodiversidad y un aumento de los incendios forestales. "Está previsto que las olas de calor más frecuentes y los cambios en la distribución de enfermedades infecciosas sensibles al cambio climático se traduzcan en un aumento de los riesgos para la salud y el bienestar humanos", añade la Agencia.


Mientras, las zonas costeras y las llanuras de inundación de Europa occidental se exponen a un mayor riesgo de inundaciones derivado del aumento del nivel del mar y a un posible aumento de los fenómenos tormentosos. "El cambio climático también está dando lugar a cambios importantes en los ecosistemas marinos, como resultado de la acidificación de los océanos, el calentamiento y la proliferación de zonas muertas carentes de oxígeno", alerta.


Asimismo, el informe advierte de que los ecosistemas y las actividades humanas en el Ártico se verán "fuertemente" afectados por el aumento particularmente rápido de las temperaturas del aire y del mar y el derretimiento consiguiente del hielo terrestre y marino.


Aunque señala que ciertas regiones también podrían experimentar repercusiones positivas, como la mejora de las condiciones para la agricultura en ciertas zonas de Europa septentrional, la Agencia concluye que la mayoría de regiones y sectores se verá afectada negativamente.

Zonas protegidas


Así, señala que los ecosistemas y las zonas protegidas de toda Europa están sometidos a la presión del cambio climático y a otros factores de estrés, como el cambio en el uso del suelo. En el informe, se destaca que los impactos del cambio climático constituyen una amenaza para la biodiversidad terrestre y marina.


"Numerosas especies de animales y plantas están experimentando cambios en sus ciclos vitales y están migrando hacia el norte o hacia mayores altitudes, mientras que ciertas especies invasoras se han consolidado o han ampliado su área de distribución. Las especies marinas, incluidas las poblaciones de peces de importancia comercial, también están migrando hacia el norte. Estos cambios afectan a diversos servicios ecosistémicos y a sectores económicos como la agricultura, la silvicultura y la pesca", avisa.


Igualmente, apunta que los principales efectos del cambio climático en la salud están relacionados con fenómenos meteorológicos extremos, cambios en la distribución de enfermedades sensibles al clima y cambios en las condiciones ambientales y sociales.


Además, señala que los costes económicos del cambio climático pueden ser muy elevados. En este sentido, estima que los fenómenos extremos relacionados con el clima en los países miembros de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) representan más de 400.000 millones de euros de pérdidas económicas desde 1980.


Igualmente, señala que Europa también se ve afectada por los efectos del cambio climático que se producen fuera del continente y se asocian a repercusiones comerciales y en infraestructuras, riesgos geopolíticos y de seguridad y fenómenos migratorios.


"El cambio climático seguirá produciéndose durante los próximos decenios. La magnitud del cambio climático futuro y sus efectos dependerán de la eficacia de la aplicación de los acuerdos mundiales para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y, asimismo, de que garanticemos la aplicación de unas estrategias y políticas de adaptación adecuadas para reducir los riesgos aparejados a las condiciones climáticas extremas actuales y previstas", ha señalado el director ejecutivo de la Agencia, Hans Bruyninck.

Adaptación y lucha


Frente a esta situación, la Agencia considera que la integración de la adaptación al cambio climático en otras políticas está avanzando, aunque podría potenciarse aún más. Al mismo tiempo, considera que el desarrollo y el uso de los servicios de lucha contra el cambio climático y de adaptación a este están aumentando en Europa.


El informe es una evaluación basada en indicadores del cambio climático pasado y previsto y sus efectos en los ecosistemas y la sociedad. También analiza la vulnerabilidad de la sociedad frente a estos impactos, la formulación de políticas de adaptación y la base de conocimientos subyacente.


Ha sido elaborado por la AEMA en colaboración con el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud y tres centros temáticos europeos (ETC-CCA, ETC-BD y ETC-ICM).


Se trata del cuarto informe sobre Cambio climático, impactos y vulnerabilidad en Europa, el cual se publica cada cuatro años. Esta edición tiene como objetivo apoyar el proceso de ejecución y revisión de la Estrategia de Adaptación de la UE, de 2013, previsto para 2018, así como el desarrollo de estrategias y planes de adaptación nacionales y transnacionales.

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