La magia de las plantas

El pepinillo del diablo tiene una curiosa forma de diseminar semillas: al tacto, su fruto explota y alcanza decenas de metros.
La magia de las plantas

Nos rodea lo misterioso. Bien lo sabían los niños del precioso libro ‘El jardín secreto’, cuando aseguraban sentir una energía poderosa cuando se encontraban entre las flores. Y con razón. En cualquier paseo que demos alrededor de la ciudad podemos encontrarnos, por ejemplo, con plantas que explotan. Así es el pepinillo del diablo (‘Ecballium elaterium’), que revienta su fruto al recibir el mínimo roce, con el fin de esparcir sus semillas. O los líquenes, esa exitosa unión entre algas y hongos y que está en los troncos de los pinares, incluso sobre las tumbas, y que pueden vivir cientos de años. Hay plantas cuyos componentes sirven para fabricar plasma sanguíneo, como el arroz trasgénico, un magnífico donante. Por no hablar de las semillas viajeras, las que recorren kilómetros gracias a sus ‘alas’ y estructuras resistentes y que incluso llegan a surcar mares, tal es el caso de la entada. La cuscuta, una planta parásita, intercambia genes con sus víctimas, para prepararse mejor en la siguiente batalla. Y otras, como la ‘Silene stenophylla’, cuyas semillas pueden dormir miles de años.

 
Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión