Diez consejos para ahorrar energía en invierno

Seguir estas indicaciones beneficia al medioambiente y a nuestro bolsillo.

La calefacción supone casi la mitad del gasto energético de los hogares españoles en invierno.
La calefacción supone casi la mitad del gasto energético de los hogares españoles en invierno.

La calefacción supone casi la mitad del gasto energético de los hogares españoles en invierno. Por eso es tan importante conocer qué medidas se pueden llevar a cabo para ahorrar energía y dinero sin que disminuya por ello el confort de nuestra vivienda. Seguir unas sencillas indicaciones beneficia tanto al medioambiente como a nuestro bolsillo.

Consejos para ahorrar energía en invierno

Entre 19º y 21º, la temperatura adecuada. Lo ideal es mantener el hogar a una temperatura estable y no subir y bajar el termostato a cada rato. Esos “golpes de calor” hacen aumentar la factura considerablemente. Dentro de casa hay que vestir prendas adecuadas a la estación del año: ir en manga corta en invierno implica poner la calefacción a alta temperatura, algo totalmente innecesario. Para dormir, basta con poner la calefacción entre 15º y 17º. La ropa de cama suple el descenso de la temperatura y, en función de la temperatura que haga en la calle, hasta se puede apagar. Disponer de un termostato programable. Estos aparatos permiten, no solo regular la temperatura de la vivienda, sino establecer su temperatura en periodos de tiempo determinados. Una buena opción es programar el aumento de temperatura a partir de una hora antes de nuestra llegada a casa, establecer su descenso durante la noche… Ventilar una vez al día durante 10 o 12 minutos. Este tiempo es suficiente para renovar el aire sin perder todo el calor acumulado. Asegurarse de que las puertas y ventanas cierran bien, y por lo tanto, aíslan. De nada sirve pagar grandes facturas en calefacción si el calor se escapa por las rendijas. Aprovechar la luz del sol. Durante el día hay que mantener las persianas subidas, para permitir la entrada de los rayos de sol, que ayudan a caldear las estancias. Llegada la noche, se deben bajar las persianas y echar las cortinas, para aislar la vivienda todo lo posible. Apagar los radiadores de los espacios que no se usan. Si hay habitaciones en las que no se permanece, lo mejor es apagar esos radiadores y mantener la puerta cerrada. Así, solo se calentarán los lugares necesarios. No obstaculizar la emisión del calor. No se debe poner ropa a secar sobre los radiadores, ni muebles delante de ellos o cortinas que los cubran. Buen mantenimiento del sistema. Sea cual sea el sistema utilizado para calentar la vivienda, hay que vigilar su correcto funcionamiento y realizar las tareas de mantenimiento necesarias. Además, es mejor no esperar a que llegue el invierno para hacerlo. Por ejemplo, hay que purgar los radiadores de agua una vez al año o realizar revisiones periódicas de la caldera. Comparar las distintas tarifas y opciones que ofrece el mercado eléctrico. Cada hogar tiene unas características y es posible que haya tarifas más adecuadas que otras en función del gasto energético.

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