¿Cómo se forma el polvo?

Es un compañero de piso inevitable: por mucho que limpiemos, el polvo siempre vuelve.

Sin llegar a los extremos de una casa abandonada, pero también nuestras viviendas acumulan polvo.
Sin llegar a los extremos de una casa abandonada, pero también nuestras viviendas acumulan polvo.
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Vive debajo de nuestros muebles, sobre nuestros armarios y no hay forma de librarse de él. Por mucho que pasemos la mopa o el aspirador, el polvo siempre sale triunfador y vuelve a ocupar sus dominios.


Su composición cambia según la estación del año, el país o incluso las habitaciones de la casa, pero en general el polvo está formado por escamas de piel animal -en las viviendas donde hay mascotas-, arena, restos de insectos y suciedad corriente.


Solo un pequeño porcentaje del polvo doméstico son restos de piel humana, aunque estas partículas son uno de los platos favoritos de los ácaros. Estos microscópicos insectos son los responsables de buena parte de los casos de alergia. En realidad, lo que provoca reacciones en nuestro organismo no es el bichito, sino sus excrementos, que son muy abundantes.


Así, una cucharadita de polvo tiene unos 1.000 ácaros y 250.000 de sus deposiciones. Estas irritan las vías respiratorias y pueden provocar casos de asma.


Por eso, a las personas alérgicas a los ácaros les interesa ser especialmente escrupulosos en la limpieza de su casa. No podrán librarse del todo de ellos, pero con menos polvo, seguro que reducen al máximo sus problemas de asma.

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