'Comer con cabeza', una propuesta para reducir la huella del consumo de carne

La periodista Élise Desaulniers sostiene que la forma más eficaz para reducir las consecuencias medioambientales de la alimentación, pasa por "cambiar nuestros hábitos alimenticios".

Evitar la obesidad y llevar una alimentación saludables son hábitos cruciales.
Evitar la obesidad y llevar una alimentación saludables son hábitos cruciales.

La elección personal de "un plato vegano, en lugar de uno de carne, tiene más impacto que muchas de las políticas" desarrolladas para tratar de reducir el consumo de "carne barata", ha señalado en una entrevista la periodista canadiense Élise Desaulniers.


Bloguera y colaboradora del diario "The Huffington Post", Desaulniers acaba de publicar "Comer con cabeza: cómo alimentarse de forma sana, sostenible y respetando el bienestar animal" (Errata Naturae), un libro en el que afirma que "probablemente" la forma más eficaz para reducir las consecuencias medioambientales de la alimentación, pasa por "cambiar nuestros hábitos alimenticios".


"El problema es el apetito de los consumidores de carne barata, huevos y productos lácteos, y la falta de voluntad política para cambiar la regulación de su producción" en una situación generada por las "malas prácticas de la ganadería industrial".


Para Desaulniers, la crianza industrial de ganado genera "una lista larga de consecuencias": desde la emisión de gases de efecto invernadero hasta el incremento de "zonas muertas" causadas por los fertilizantes o la contaminación de aguas subterráneas, el desperdicio de agua potable y el desarrollo de virus resistentes a los antibióticos.


Eso, sin contar con el sufrimiento de los animales, que "no son considerados como seres sensibles, con sus propias necesidades biológicas, sino como meras máquinas de producir carne", ha expresado esta autora.


Desaulniers ha destacado que una de las peores experiencias que vivió mientras se documentaba para escribir su libro fue durante su visita a un criadero de aves en Montreal (Canadá), donde pudo observar a "un grupo de polluelos apartados que agonizaban en el suelo o estaban ya muertos".


Para esta "exomnívora", como ella misma se define, "no puede considerarse normal" el hacinamiento de las gallinas ponedoras en jaulas minúsculas para producir huevos baratos, ni "la tortura de las cerdas" obligadas a parir y amamantar a sus crías en "cajas de cemento sin poder moverse".


Autora de otros textos en la misma línea, como "Vache à lait: Dix mythes de l'industrie laitière" (Stanké, 2013) y "Le défi végane" (Trécarré, 2016), ha insistido a Efe en que "el primer paso" a la hora de ayudar a cambiar el actual panorama es adoptar "una dieta basada en vegetales, pedir en los restaurantes menús vegetarianos y preguntar en las tiendas de comestibles por productos veganos" pues la actitud del consumidor termina por concienciar al comerciante.


Asimismo, ha subrayado otras claves importantes para impulsar esta nueva manera de alimentación, como hacer la compra directamente al productor, leer las etiquetas de los artículos a la venta, mantener la nevera ordenada para saber qué hay en su interior y no comprar de más, servir raciones más pequeñas, congelar los alimentos de sobra y reutilizar los desechos como abono.


Desaulniers, galardonada con el Gran Premio de Periodismo Independiente 2015 por su investigación sobre la convergencia de las luchas de los derechos sociales y de los animales, ha concluido que "como regla general, cuantas más verduras comamos, menos desperdicio de alimentos produciremos y mejor será para nosotros mismos, para los animales y para el planeta".

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