El escudo del Real Zaragoza se cuela en una boda china

Un cargamento de vino de Cariñena también viajó al país asiático para la ocasión.

Boda de un zaragozano en China
Boda de un zaragozano en China

Un escudo del Real Zaragoza fabricado a base de billetes ha llegado hasta China como regalo de bodas a un zaragozano expatriado que trabaja en el país asiático desde 2011.


Víctor Manuel Gracia contrajo matrimonio con una asiática el pasado 30 de abril en la ciudad china de Jiaxing y hasta allí se desplazaron, ni cortos ni perezosos, otros veinte zaragozanos que no querían perderse ese momento de la vida de su amigo.


Según la tradición de allí, los invitados entregan a los novios el regalo en un sobre de color rojo pero el grupo de aragoneses decidió saltarse el protocolo y entregó a la pareja de recién casados un escudo del Real Zaragoza creado con billetes de distintos colores y monedas chinas.


El novio se define a sí mismo como "un gran aficionado al fútbol y al Real Zaragoza" y asegura que sigue los partidos y las noticias relacionadas con el equipo desde el país asiático. "Cuando voy a Zaragoza acudo a la Romareda siempre que puedo y desde hace muchos años he seguido al equipo por la geografía nacional y europea" explica el zaragozano.


Víctor Manuel conoció a Liulin, la mujer que se ha convertido en su esposa, en septiembre de 2012 en una zona de bares de Jiaxing. Él todavía no se manejaba bien en chino y ella no dominaba el inglés así que el amor se forjó a través de traductores de móvil y malentendidos culturales que hoy han pasado a engrosar el capítulo de anécdotas cómicas de la pareja. Superados todos los obstáculos, Víctor y Liulin se casaron en China en una ceremonia medio occidental medio oriental a la que no dudaron en asistir sus amigos zaragozanos con el simbólico regalo bajo el brazo. "Fue muy original y tuvo un gran significado para mí", explica el novio.


El escudo del Real Zaragoza no fue el único guiño hacia su tierra natal que hubo durante la ceremonia. Hasta el país asiático viajó un cargamento de vino de Cariñena que sirvió para acompañar los 24 platos para compartir que manda ofrecer la tradición china en mesas giratorias. Todo durante el convite fue al estilo chino. La cena, el guión, el saludo a los invitados al entrar a la sala... "pero mantuvimos el vino español porque eso sí que no se toca", comenta divertido el zaragozano.

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