Roma aprueba un plan contra las ratas y multará por abandonar comida en la calle
Una plagas de roedores el verano pasado suscitó polémica sobre el grado de higiene en la ciudad.
El ayuntamiento de Roma anunció un plan para prevenir las plagas de roedores que se registran con frecuencia en la capital y multará con hasta 500 euros a quienes desobedezcan las normas establecidas, como por abandonar comida en la calle.
El alcalde en funciones Francesco Paolo Tronca firmó una ordenanza que "refuerza la acción de lucha contra las plagas de roedores", como la que el verano pasado se registró en el centro histórico, suscitando la polémica sobre el grado de higiene en la ciudad.
Para obtener resultados apreciables es necesario que, además de los tratamientos periódicos con pesticidas o trampas mecánicas, "se lleve a cabo una acción de control de todos los factores que favorezcan la plaga", señala el consistorio en un comunicado.
Por esa razón se pide atajar "la alta concentración de residuos alimenticios, sólidos y líquidos, derivados de la actividad humana, y la disponibilidad de espacios útiles para el asentamiento y reproducción de las especies infecciosas".
El ayuntamiento ha pedido la colaboración de todos aquellos que posean un bien inmueble y de las comunidades de vecinos.
Entre las normas que establece está la de no distribuir alimentos a "los animales de la fauna urbana" como gaviotas, palomas o gatos, así como mantener limpias las áreas externas de los edificios, como los jardines u otras zonas verdes.
Podar el césped al menos dos veces al año, no abandonar residuos orgánicos y mantener limpios los contenedores de recogida de basura, entre otras medidas.
Asimismo ha solicitado la cooperación de los propietarios o gestores de restaurantes u otros negocios del ámbito de la alimentación, a quienes piden, entre otras cosas, tapar con red metálica los conductos de ventilación.
Roma, una de las ciudades más turísticas del mundo, padece con frecuencia la presencia de roedores en sus calles y el año pasado una plaga de ratas en los aledaños de la Fontana di Trevi provocó una enorme polémica sobre el deterioro que parecía sufrir la urbe.
