Critica el consumismo y propone un cambio de estilo de vida

Aboga por el transporte público o apagar las luces innecesarias para frenar la destrucción del planeta.

El papa Francisco hizo una dura crítica del consumismo y propuso un cambio en el estilo de vida entre sus propuestas para frenar la destrucción del planeta, en uno de los pasajes de su encíclica "Laudato si".


En este texto, que pretende ser un llamamiento para concienciar a la defensa del planeta, Francisco denuncia una lógica del mercado que crea "un mecanismo consumista compulsivo para colocar sus productos" y que "las personas terminan sumergidas en la vorágine de las compras y los gastos innecesarios".


Francisco aseguró que el poder consumir nos puede hacer sentir libres, pero que "quienes en realidad poseen la libertad son los que integran la minoría que detenta el poder económico y financiero".


Propone así "un cambio en los estilos de vida" como forma de "sana presión" contra quienes tienen "el poder político, económico y social".


"Es lo que ocurre cuando los movimientos de consumidores logran que dejen de adquirirse ciertos productos y así se vuelven efectivos para modificar el comportamiento de las empresas, forzándolas a considerar el impacto ambiental y los patrones de producción", destacó.


En todo ello juega un importante papel la educación, según el papa, ya que puede "alentar diversos comportamientos que tienen una incidencia directa e importante en el cuidado del ambiente".


Por ejemplo, enumeró el pontífice: evitar el uso de material plástico y de papel, reducir el consumo de agua, separar los residuos, cocinar sólo lo que razonablemente se podrá comer, tratar con cuidado a los demás seres vivos, utilizar transporte público o compartir un mismo vehículo entre varias personas, plantar árboles, y apagar las luces innecesarias.


Para Francisco la educación debe llegar desde diferentes ámbitos, como la escuela, la familia, los medios de comunicación, la catequesis, etc.


Pero, consideró, que "una buena educación escolar en la temprana edad coloca semillas que pueden producir efectos a lo largo de toda una vida", así como el ejemplo que se da en la familia.


Francisco también reconoce que "algunos cristianos comprometidos bajo una excusa de realismo y pragmatismo, suelen burlarse de las preocupaciones por el medio ambiente" o son pasivos.


A los católicos, Francisco les aconsejó una "conversión ecológica" pues "ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana".


A todos el papa propuso "la sobriedad y la humildad", que dijo "no han gozado de una valoración positiva en el último siglo", lo que ha provocado múltiples desequilibrios, también ambientales".