Miniaturas aragonesas y casitas de muñecas que superan la excelencia

David Iriarte es uno de los pocos españoles que ha conseguido la distinción IGMA Artisan Member.

Una de las creaciones de David Iriarte
Una de las creaciones de David Iriarte

No son salones de palacio ni escenarios de ninguna película de época. Son miniaturas a escala 1:12 del artesano aragonés David Iriarte, uno de los pocos españoles (menos de diez) distinguido a nivel internacional miembros del Gremio Internacional de Artesanos de Miniatura (IGMA Artisan Member).


Empezó de crío haciéndose sus propios juguetes y ahora diseña, fabrica y vende sus piezas a adultos ricos de todo el mundo. Sus clientes no están en España y mucho menos en Aragón. Son millonarios de distintos continentes.


Tras diez generaciones de carpinteros y ebanistas de la familia Iriarte en Sos del Rey Católico, a David le tocó la crisis y se ha tenido que buscar la vida. Y la ha encontrado bien. Por ejemplo el último cliente le ha pedido por la reproducción completa de una casa de Londres con fachada, muebles y hasta el más mínimo detalle incluidos. Una 'casita de muñecas' con la que ningún niño se atrevería a soñar. "Son obras muy costosas. La casa completa puede llevarme un año completo de trabajo", matiza el artesano aragonés.


¿Su especialidad? Los muebles de estilo francés del siglo XVIII hechos a mano con maderas nobles y decorados con distintas técnicas de pintura. Los estilos Luis XV y Luis XVI son sus favoritos y dedica sus días a investigar sobre ellos. "Compro revistas de muebles, leo libros de arte, visito museos y ferias de todo el mundo... Los muebles son mi pasión. Empecé con el miniaturismo como un hobby y luego a vender mis piezas para sacarme un dinerillo hace cinco años. Ahora se ha convertido en mi forma de vida".

Grandes fortunas y 'pequeños' caprichos

Sus obras son detalladas, delicadas y reconocidas a nivel internacional. ¿Pero quiénes son sus clientes? Personas con un gran poder adquisitivo (eso desde luego) que sienten una gran pasión por lo pequeño.


Sus clientes quieren cosas exclusivas, muebles de colección en miniatura que exponer en sus vitrinas. Le piden que les reproduzca muebles que han visto en castillos o expuestos en museos. Son piezas únicas y muy detalladas y David siempre aprueba con nota. Su próximo paso: prepararse para conseguir el próximo nivel en el gremio de los miniaturistas. Un título que ningún español ha logrado todavía.