Un niño de Columbus, en el estado de Georgia se llevó un buen susto al resultado detenido por la Policía. Su delito: Portarse mal.

"Maleducado, poco respetuoso, no escucha y no hacía los deberes", alegaba la ocurrente madre de Sean, el niño de 10 años detenido.

Los agentes de la Policía que actuaron sin el permiso de sus superiores fueron a arrestar al menor, al que pusieron las esposas ante su terrible berrinche e incluso lo introdujeron en el coche patrulla. El engaño parece que fue un inteligente escarmiento para Sean que nada más ser puesto en libertad abrazó a su madre y prometió entre sollozos no volver a reincidir en su mal comportamiento. 

Sean ha aprendido la lección y ha revertido su compartamiento, según declaraciones de su madre a medios estadounidenses, en los que ha asegurado que el niño está siendo respetuoso con sus compañeros y con los adultos. La madre de Sean ha declarado que pretende evitar que su hijo se meta en problemas y evitar que se vea involucrado en sucesos como los de Misuri y Baltimore.