Un probador virtual con sello aragonés

?El grupo HMY, con sede en Cariñena, comercializa una aplicación para tiendas en las que mediante realidad aumentada el cliente ve cómo le sientan las prendas sin probárselas.

Probador virtual
Un probador virtual con sello aragonés

Los avances tecnológicos y los nuevos modos de vida y hábitos de compra están haciendo que las empresas del sector cada vez aporten respuestas al sector, algunas de ellas encaminadas a enriquecer la experiencia de compra y hacerla más personalizada. Y, algunas de estas soluciones también implican agilizar el proceso para todos aquellos que 'luchan' con la pereza de tener que desvestirse para probarse la ropa.


Este sería el caso del NextMirror, una aplicación que comercializa la empresa HMY, con sede en Cariñena, destinada a la implantación en tiendas físicas de moda como un paso previo al probador convencional. Se trata de una solución en la que los clientes pueden ver virtualmente en una pantalla cómo les quedará sobre su cuerpo las prendas que han seleccionado previamente.


Este 'espejo mágico', dirigido al sector retail, escanea el cuerpo del cliente y gracias a un sistema basado en identificación por radiofrecuencia (RFID) se superpone la ropa elegida mediante realidad aumentada. A las prendas se puede acceder bien a través del menú de un catálogo virtual en el propio espejo, que recoge las referencias del establecimiento, o bien seleccionándolas directamente en la tienda y, con la tecnología de radiofrecuencia el espejo reconoce directamente el artículo y lo incorpora a la recreación. "Este espejo es un paso previo al probador, ayuda en la preselección y recomienda prendas", explica Fernando Jiménez, responsable de tecnologías de HMY en España, quien subraya que la recreación "es muy cercana a la realidad. Tú te mueves y la ropa se mueve contigo, no es una foto estática". Incluso permite visualizar varias prendas sobre la imagen, como una camisa sobre una americana, por ejemplo.


La tecnología RFID (identificación por radiofrecuencia) asociada, muy utilizada en áreas logísticas y de distribución, ahora se incorpora a estas aplicaciones para la identificación individual de prendas mediante la colocación de un chip.


Ahora, el producto se encuentra en fase de comercialización a nivel internacional. "La experiencia de compra es muy enriquecedora, es como si fuera un juego", comenta Jiménez.Nuevas soluciones

A lo largo de los últimos años, desde empresas de tecnología o desde el propio sector de moda han ido apareciendo tímidamente propuestas basadas en tecnología digital encaminadas a mejorar la experiencia de compra, facilitar la gestión al cliente y acercarse a los gustos y tendencias del consumidor.


Un caso es Ebay, que ha comenzado experimentar con espejos digitales en establecimientos de Estados Unidos de algunas cadenas de ropa.


En una propuesta más futurista, y dentro de las aplicaciones de los espejos digitales, Panasonic incluso plantea para sus casas inteligentes pantallas no solo para aportar recomendaciones en el atuendo, sino que han desarrollado dispositivos que hasta aconsejan sobre el estado de la piel del rostro.


Desde el sector textil estiman que la introducción de probadores virtuales en las tiendas físicas todavía tienen mucho camino por recorrer, aunque valoran que puede resultar una atractivo en la experiencia de compra: "Es una nueva experiencia y por tanto llamará la atención", comenta Eduardo Vega, director de Acotex, la Asociación Empresarial del Comercio Textil y Complementos.


Desde FITCA, Federación de Empresas Textiles y de la Confección de Aragón, su secretario, Bartolomé Arranz, entiende que estas propuestas "son líneas para particularizar negocios independientes, una línea más de venta y entendemos que son una opción más de cara al consumidor".


Cuenta aparte es el desarrollo de aplicaciones que ayuden a la pregunta del cliente de ¿cómo me quedará?, cuando se compra online, sobre lo que poco a poco también van surgiendo algunas ideas, como se vio en la pasada feria Momad Metrópolis celebrada en Madrid, en paralelo a la Mercedes-Benz Fashion Week. "El problema que tiene la moda en sí es que al final la gente tiene que tocar. Salvo que el cliente conozca mucho la marca con la que trabaja, si ya sabe si le sienta bien, y conoce el patrón y el tejido ya hay un camino avanzado, pero para las marcas nuevas el camino es más complejo", apunta Arranz.