Martínez de Baños, el primer militar que aterrizó en Zaragoza

El aviador fue el primero en completar un vuelo militar que unió Madrid y Zaragoza en 1914.

El oficial  de Caballería Sr. Baños, en el instante de aterrizar. Foto: Aurelio Grasa Sancho, 1914.
Martínez de Baños, el primer militar que aterrizó en Zaragoza
Archivo Fotográfico de Aurelio Grasa, Archivo Fotográfico Barboza Grasa.

Los primeros pilotos de la aviación española fueron aventureros que arriesgaron sus vidas a pesar del grave riesgo que suponía subir en endebles y frágiles aparatos voladores. Sobre aquellos rudimentarios aviones Morane, Bleriot, Farman, Nieurport... comenzaron a forjar la historia de la aviación española, abrieron el camino de la innovación aeronáutica y enseñaron a pilotar a futuras generaciones de aviadores.


Uno de aquellos pioneros fue el capitán Ángel Martínez de Baños y Ferrer, un militar nacido en Bohol, Islas Filipinas, en 1890, y vinculado a Zaragoza, donde ocupó varios destinos entre 1909 y 1912 antes de desarrollar en Cuatro Vientos su carrera como piloto. Fue el primer militar que aterrizó en la capital aragonesa tras completar el Raid Madrid-Zaragoza, el 8 de abril de 1914. Su gesta fue celebrada en la ciudad del Ebro con numerosos homenajes en honor de los aviadores militares que participaron en la hazaña aérea.




Tras aquella proeza, Martínez de Baños realizó misiones en el Norte de África y en diferentes puntos de España. Más tarde dedicó su carrera a formar a futuros aviadores, establecer nuevas rutas y asesorar sobre nuevas zonas de aterrizaje. Sin embargo, la muerte le llegó demasiado temprano, como a tantos otros aviadores de su época. El 16 de abril 1919 fallecía en un accidente aéreo. Viajaba como pasajero junto a un grupo de pilotos franceses a bordo de un Farman F-50 cuando el aparato se estrelló en Casas de Villaseca, entre Benamira y Medinaceli, en Soria.


La historia del capitán Ángel Martínez de Baños y Ferrer fue publicada hace una década en la revista 'Aeroplano' por el coronel de Artillería retirado e historiador Fernando Martínez de Baños, sobrino nieto del capitán Martínez de Baños. El militar e historiador desgranó la biografía completa de su antepasado, proveniente de una dinastía de militares que se remonta al siglo XVII, y que ha participado en diversos episodios de la historia de España en su territorios y en colonias como Cuba, Filipinas y África.

Amor al riesgo

En sus primeros años de carrera militar en España, Ángel Martínez de Baños fue destinado a Zaragoza en la unidad de Sementales y en el regimiento de Caballería de Castillejos, donde permaneció entre 1909 y 1912. “Por los visto debía tener una vena importante de amor al riesgo y fue a Madrid a hacer cursos de aviación porque le debía interesar mucho. Allí consiguió el título de primer teniente de aviación militar. También fue profesor en la Escuela de Cuatro Vientos”, explica el militar e historiador Fernando Martínez de Baños.


Entre las muchas misiones y vuelos que tuvieron en Madrid decidieron hacer el primer Raid Madrid-Zaragoza, el 8 de abril de 1914. Salieron una escuadrilla formada por tres aparatos, dos Farman y un Nieuport, con la intención de llegar ese mismo día al aeródromo de Valdespartera. En el trayecto los dos Farman tuvieron que repostar en Ariza. El Nieuport tenía mayor capacidad para llegar hasta Zaragoza pero con el fuerte cierzo que se había levantado ese día tuvo que aterrizar, porque no lo quedó otro remedio, en La Almunia de Doña Godina.


El teniente Martínez de Baños aterrizó en primer lugar como jefe de la patrulla y consumó así el primer Raid Madrid-Zaragoza. Estaba previsto que en esos días hiciesen vuelos de exhibición “pero el fuerte cierzo, que todo lo marca en esta ciudad no permitió los vuelos y se dedicaron a dar charlas y conferencias sobre el aparato a gente, en general; y a los boyscouts, en particular -cuenta el historiador-. Al cabo de tres semanas regresaron los pilotos a Madrid en ferrocarril y continuaron con sus servicios de aviación en el Norte de Marruecos y en diferentes puntos de España”.

Primera plana

La prensa se hizo eco de la llegada de los aviadores a Valdespartera. Fotógrafos como Aurelio Grasa, Lorenzo Almarza o el cineasta Antonio de Padua Tramullas inmortalizaron aquel momento histórico. Desde 1910 el paso de los primeros aviadores por Aragón también fue captado con detalle y maestría por los fotógrafos Gustavo Freudhental, Francisco de las Heras, Nicolás Viñuales, Luis Gandú Mercadal o Coyne. La película de Tramullas 'El teniente Baños pilota el primer avión militar llegado a Zaragoza' se pasó en el Cine Alhambra al poco de ser rodada. 

Formación en Cuatro Vientos

Según su hoja de servicios, el capitán Ángel Martínez de Baños no había tenido ningún contacto previo con la aviación antes de su formación como piloto. En apenas dos años, a partir de 1912, se incorpora a la Escuela de Cuatro Vientos y entra a formar parte de la segunda promoción de aviadores militares. Ese año realiza 59 vuelos en aeroplano como pasajero y 542 como piloto. En 1913, se le designa piloto de primera categoría y realiza 120 vuelos como observador y 909 como piloto.


Martínez de Baños continuó como profesor de aviación en Cuatro Vientos y una de las misiones que se le encomendaron fue buscar zonas de aterrizaje en el conjunto del territorio español. En una de ellas viajó a Logroño, a la zona de Alfaro, porque llegó una escuadrilla francesa con un nuevo modelo de avión Farman para que fuese estudiado e investigado en Cuatro Vientos por los pilotos militares españoles.


“Aterrizó el aparato francés y al día siguiente despegaron, pero por causas meteorológicas se estrellaron y murieron todos los tripulantes, mi tío abuelo con ellos. Fueron llevados a Madrid y enterrados todos juntos en el panteón de aviadores ilustres”. El historiador también subraya que una hija póstuma del capitán Martínez de Baños fue apadrinada por el rey Alfonso XIII, ya que tenía mucha vocación con todo lo que fuese motor, coches, velocípedos, y en este caso concreto con el tema de la aviación como una fuerza emergente en todo el territorio nacional”.


A los 10 años de su muerte, el 9 de noviembre 1929, el alcalde de Benamira Hipólito García escribió una carta dirigida al ilustrísimo jefe general de Aviación de Madrid para solicitar un vuelo de homenaje en el que se arrojarían flores sobre el lugar de la catástrofe aérea en la que perecieron los aviadores franceses y el capitán Martínez de Baños. El vuelo fue aprobado pero no pudo realizarse debido al mal tiempo.