Los malos referentes son el origen de la violencia machista entre jóvenes

Según el psicólogo Fernando Gálligo ha señalado a esta causa como posible origen.

El psicólogo Fernando Gálligo ha llamado la atención sobre el aumento de la violencia machista en parejas adolescentes y jóvenes, y lo ha achacado a conductas sexistas que perviven en muchas familias y a un mal uso de las nuevas tecnologías, entre otras causas.


Gálligo, autor de libros como 'Mi chico me pega, pero yo le quiero', donde ahonda en el maltrato en las parejas más jóvenes, o "Amando sin dolor, disfrutar amando", donde, en contraste, presenta a parejas sanas de todo tipo, ha hecho estas declaraciones antes de ofrecer una conferencia en la Casa de la Mujer de Zaragoza en la víspera del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia de Género.


Ha reiterado que ya en 2009, cuando publicó el primero de sus libros, ya llevaba años alertando del repunte de este tipo de violencia entre los más jóvenes y ha apuntado a muchas causas para ello.


Así, ha asegurado que existe "dejadez" en las familias a la hora de educar en la igualdad y corregir este tipo de conductas, además de una "ausencia" de normas y límites y de buenos ejemplos a seguir en muchas de ellas.


Del mismo modo, el psicólogo, que trabaja actualmente en el Instituto Andaluz de la Mujer, ha señalado que la educación es "importantísima" para atajar esta lacra, pero ha incidido en que lo es aún más dentro del hogar.


"Por mucho que eduquen en valores en el centro de enseñanza, si los modelos en casa son sexistas y no son igualitarios, van a ser insignificantes por muy buena que sea la labor en el centro de enseñanza", ha manifestado.


Para ello, ha insistido en la necesidad de la formación para deconstruir estas malas prácticas e introducir otras igualitarias y, ante la dificultad de llegar a las casas, ha propuesto trabajar en el ámbito comunitario.


Ha reconocido que ahora hay más información y más campañas sobre este problema, si bien estas por sí mismas "no mejoran las conductas".

Además, Gálligo ha afirmado que hay mucha gente joven que solo reconoce como violencia machista el maltrato físico y que, por el contrario, el psicológico está "bastante normalizado".


A ello se une un mal uso de las nuevas tecnologías que, a su juicio, ha incrementado el control, el dominio o la manipulación en el seno de la pareja y que "complica bastante las cosas".


Por otro lado, también ha querido poner énfasis en la responsabilidad de los medios de comunicación, que con espacios como "Mujeres y hombres y viceversa" difunden modelos "bastante negativos".


En lo relativo a la información sobre la violencia machista, el psicólogo ha sostenido que "hay que hablar para que la gente esté informada y sensibilizada", pero de otra manera porque la hay "muy morbosa" y "totalmente contraproducente".


Aunque ha reconocido que en los informativos hay "poco tiempo", ha abogado por que, por ejemplo, se abandonen las imágenes de los vecinos hablando sobre víctima y agresor y se introduzca a especialistas que conozcan bien el asunto.

Después de la conferencia, la Casa de la Mujer ha acogido la representación "Despertando la Consciencia" que recrea el ambiente íntimo de un dormitorio, con diferentes almohadas con frases escritas que recrean el machismo, según ha relatado a Efe Rocío Mercadal, miembro de Proyecto Cierzo, asociación de mujeres organizadora del acto.


Allí, dos chicas tapadas con una tela negra al ritmo de tambores tradicionales japoneses recrean el momento de la pesadilla, para después dar paso a dos bailarinas que, al ritmo de una danza contemporánea, ejemplifican a la víctima y a la persona que le ayuda a salir "a un mundo sin malos tratos, más positivo y más igualitario".


Al finalizar la actuación, se descubre un mural lleno de color con un verso escrito que simboliza lo que implica un amor sano y no sumiso.

Todo ello con 51 velas en honor a cada una de las mujeres asesinadas por sus parejas en este 2014, a las que también recuerdan en este acto.