G3, luces y sombras del mejor móvil del mercado

Tener en la mano el LG G3 es como tocar un pedacito de futuro. Es fino y sorprendentemente ligero, sobre todo para su gran tamaño. Es todo pantalla, sin a penas bordes, y de una resolución nunca vista. Sin embargo, adelantarse a su tiempo también tiene sus riesgos y no todo son ventajas. 

Por fuera es una belleza, por lo menos hasta que lo tocamos. Parece todo cristal por delante y metal por detrás. Pero esa sensación ‘premium’ desaparece en gran medida cuando lo asimos y nos damos cuenta de que, lo que en un principio parecía aluminio, es en verdad vulgar plástico. A pesar de todo, tiene un diseño muy cuidado y es muy cómodo de manejar, gracias por un lado a su parte trasera curva y por otro a que, a pesar de las dimensiones de su pantalla de 5,5 pulgadas, LG ha conseguido un tamaño muy contenido. 

Los botones se sitúan en la parte trasera de la pantalla. Son tres: dos para el volumen y otro para el desbloqueo de la pantalla, algo que que también se puede lograr con una combinación de toques escogida por el usuario a modo de código de seguridad. Además, pulsando el botón de subir el volumen se accede a la aplicación para escribir una nota rápida y apretar el botón inferior nos dará acceso instantáneo a la cámara.La mejor pantalla,

Las cifras de su pantalla marean: 2.560 x 1.440 píxeles. Una resolución muy superior a la gran mayoría de televisores en alta definición. La densidad de píxeles lograda en un panel de 5,5 pulgadas es de 538 ppi, de lejos la más alta del mercado, lo que se traduce en una calidad y nitidez de superior. 

Por desgracia no todo son buenas noticias. Para mover todos esos píxeles hace falta mucha potencia. El LG G3 tiene el que probablemente sea el mejor procesador, el Snapdragon 801, cuyo cuatro núcleos laten a 2,5 Ghz al ritmo de sus 2 GB de memoria RAM (3 en el mercado asiático). 

Aunque el G3 se mueve con soltura con Android 4.4, en estos días de prueba hemos notado falta de fluidez en momentos concretos y algún pequeño ‘cuelgue’ o cierre repentino de aplicaciones. Otro efecto colateral es que el dispositivo se calienta bastante.Mucha batería, poca duración

La gran resolución de la pantalla y la potencia necesaria para alimentarla es probablemente uno de los principales factores que lastran la duración de la batería del G3. A pesar de que cuenta con 3.000 mAH, estos se agotan rápidamente, quedando el móvil bajo mínimos (10-15%) al final del día con un uso medio del terminal.

Las buenas noticias son que el G3 tiene una batería reemplazable, por lo que podremos llevar una de repuesto, y que también dispone de la posibilidad de cargarse de forma inalámbrica.Cámara excepcional

La gran calidad de la lente de 13 Mpx y apertura f/2.4 sumada a la genial innovación que supone el enfoque a través de láser convierten a la cámara del G3 en una de las mejores y más rápidas.

La mayor novedad es sin duda la integración del estabilizador de imagen con la tecnología láser que permite calcular distancias de forma instantánea y enfocar más rápido. Esto se traduce en fotografías mucho más nítidas y rápidas, incluso con poca luz.

Graba vídeos en 4K (3840 x 2160 píxeles) a 30fps, también a 1080p a 30fps y a 720p a 120fps. Su cámara frontal se queda en unos escasos 2,1 Mpx, pero hace fotos muy buenas gracias a una apertura de f/2.0 y al sensor de Sony.

La capa de personalización de LG añade funcionalidades como la de poder usar dos aplicaciones a la vez con la pantalla partida, pero tampoco se convertirá en uno de los factores decisivos.

LG se ha adelantado al futuro con el G3. Aunque el cambio de resolución no es apreciable a simple vista, con el uso los píxeles extra se notan.  Sobre el papel, el G3 es, sin lugar a dudas, el mejor móvil del mercado, pero la gran calidad y resolución de su panel lastran otros aspectos como la fluidez o la autonomía.