El juicio por el accidente de tráfico en el que murió un hombre y resultaron gravemente heridas la cantante Ana Torroja y la exmodelo Esther Arroyo ha sido pospuesto al mes de octubre, después de que el abogado de las artistas haya aportado nuevas pruebas para justificar la millonaria indemnización que pide.

Casi seis años después del accidente, ocurrido el 10 de octubre de 2008 en la carretera N-340 a pocos kilómetros de Vejer de la Frontera (Cádiz), el juicio había sido señalado para en el juzgado penal número 2 de Cádiz, pero fue aplazado para que las partes tengan tiempo para estudiar las nuevas pruebas .

Sin embargo los abogados defensores del conductor acusado, para quien el fiscal pide tres años y medio de prisión e indemnizaciones que suman los 700.000 euros, han pedido la suspensión de la vista para poder tener tiempo de estudiar las abundantes pruebas periciales que el abogado de Ana Torroja y Esther Arroyo entregó al juzgado hace apenas tres días, para poder demostrar las secuelas y los perjuicios que el accidente ha ocasionado en las víctimas.

Especialmente Esther Arroyo, que tuvo que acogerse a la incapacidad laboral permanente, y para la que su abogado solicita, según fuentes próximas al caso, una indemnización de unos seis millones de euros basándose en el "lucro cesante", el término que define lo que la Miss España 1990 ha dejado de ganar por no poder seguir su carrera profesional.

La "inusual" cantidad que esta pide como indemnización, según los abogados defensores, se ha convertido en uno de los principales elementos de este proceso.

Esther Arroyo ha acudido a la sede judicial (no así Ana Torroja) ya que está citada a declarar como víctima. Sin embargo, al enterarse de que el juicio se suspendía ha roto a llorar y ha abandonado la sede judicial por una puerta trasera del edificio para esquivar a la prensa.

Mientras, el acusado, O.J.P.,y su familia, confesaban sentirse "asustados" ante este proceso penal, que ahora debe esperar al próximo 24 de octubre para llegar a juicio.

Los abogados del acusado, de la aseguradora y de la responsable civil subsidiaria, la empresa para la que trabajaba el conductor, han mostrado su sorpresa por el hecho de que el abogado de las artistas haya introducido en el proceso hace tan sólo tres días abundante documentación de pruebas periciales en soporte informático, la mayoría de ellas fechadas entre los años 2008 y 2010, e incluso un informe psicológico de la expresentadora de televisión que ha aportado hoy mismo.

Por eso han solicitado la suspensión del juicio para poder estudiarlas y llegar a un proceso "con todas la garantías" y "en igualdad de armas".

El juez se ha mostrado de acuerdo y ha decidido aplazar el juicio para "salvar la validez total" del proceso.

El accidente ocurrió sobre las 9.30 horas del 10 de octubre de 2008 cuando, según relata el fiscal en su escrito de conclusiones provisionales, el acusado conducía la furgoneta de su empresa.

"Por desatender las incidencias del tráfico y mantener una velocidad excesiva para las condiciones de la vía", en un día lluvioso y con fuerte viento, perdió el control del vehículo y realizó un brusco giro a la izquierda, sin percatarse de que por el carril contrario circulaba el vehículo en el que viajaban Ana Torroja y Esther Arroyo con sus parejas y dos amigos.

La violenta colisión frontal entre ambos vehículos causó "gravísimas heridas" a uno de los amigos que viajaban con las artistas, Ulises de Assas Rodríguez, que falleció poco después en el hospital, y cuya familia, indemnizada por la aseguradora, ha renunciado al proceso penal contra el conductor.

El choque ocasionó heridas graves a los otros cinco ocupantes del coche y también al propio conductor acusado que aún anda apoyado en una muleta.

El fiscal pide para Esther Arroyo, que sufrió diversas fracturas en las piernas y que ha necesitado cuatro operaciones quirúrgicas, rehabilitación y tratamiento psicológico, una indemnización de 192.758 euros y para la que fuera vocalista de Mecano de 105.620, cantidades similares a las que pide para los otros tres heridos y que son las habituales en estos casos, según fuentes del caso.