Polémica

"El Campello parece Camperro"

Los propietarios de animales domésticos están encantados con la medida de el Ayuntamiento de El Campello. Los detractores dicen rompe la tranquilidad de tomar el sol y bañarse.

Una mujer se baña en el mar con su perro en El Campello
Una playa alicantina para animales enfrenta a partidarios y detractores
EFE

Una playa habilitada para el baño de animales, principalmente para perros, en la costa del municipio alicantino de El Campello, ha generado discrepancias y algún que otro altercado entre residentes de urbanizaciones cercanas que piden su cierre y defensores de esta iniciativa.


Propietarios de animales domésticos, en su mayoría de canes, aplauden la ordenanza municipal que habilita la presencia de mascotas en un tramo de costa, rocoso y situado junto al casco urbano, que no supera los 100 metros de extensión lineal.


Por contra, vecinos de edificios cercanos rechazan esta novedosa iniciativa por entender que la tranquilidad de tomar el sol y bañarse ha quedado rota con la presencia de los perros.


Estos últimos pueden estar sueltos, a excepción de los calificados como peligrosos y a cuyos dueños se les exige que los lleven con bozal y correa, según reza en los distintos carteles informativos que el ayuntamiento ha ubicado en esta zona.


"Llevamos muchos años viniendo a esta playa -que carece de arena- porque vivimos aquí al lado y ahora ya no hay ganas ni de bajar. No queremos bañarnos junto a perros", ha dicho una residente, Claudia Laguna, de avanzada edad y con problemas de movilidad.


A escasos metros, y acompañada por su perro, Melania Vázquez, que viene desde la localidad alicantina de Castalla para bañarse con su mascota, ha apuntado que "un animal doméstico hay que tratarlo como un miembro más de la familia".


Entre Claudia, natural de Guadalajara, y Melania hay dos paneles informativos que marcan el límite de la zona habilitada para el baño de animales. A veces los perros, ajenos lógicamente a lo que diga la ordenanza, atraviesan "la frontera visual" de un lado a otro.


Dentro del agua, una línea de boyas delimita este espacio. "Le tiran la pelotita al perro fuera de la zona de baño para animales y sale a por ella. Eso es una provocación para quienes no queremos bañarnos con perros", ha afirmado Vicente Parra, cuya toalla reposa en la zona no habilitada para animales.


Aunque ya se han registrado pequeños incidentes entre detractores y partidarios de esta playa, que en algunos casos ha obligado a intervenir a la Guardia Civil, el Ayuntamiento de El Campello (PP) tiene "la voluntad inequívoca" de mantener la ordenanza que habilitó la cala de la Punta del Río Seco para el baño de animales".


Es más, su alcalde, Juan José Berenguer, ha anunciado a Efe que el consistorio estudia habilitar un segundo tramo de playa destinada para este mismo fin.


"Este municipio tiene 23 kilómetros de franja costera, con playas y calas de todo tipo. Tenemos potencial para diversificar nuestra oferta turística, de ocio y de actividad", ha añadido el alcalde.


Sin embargo, hay quienes no comparten esta política turística -sobre todos los vecinos de la zona- al considerar que la playa para animales dañará la imagen del municipio, cuya población se duplica en verano hasta alcanzar los 80.000 residentes.


"A este municipio se le conocerá en un futuro como El Camperro", ha añadido Parra, quien recuerda que hasta ahora eran muchas las familias que venían hasta "este rincón" de la costa para bañarse, especialmente porque sus aguas son poco profundas y "los niños se pueden bañar sin problemas".


Su opinión difiere mucho de las expuestas por los bañistas del "otro lado". "No hacemos nada malo. Estamos pendientes de nuestros perros para no molestar, pero nos amenazan con denuncias si ven algo anómalo", ha manifestado Estíbaliz Sánchez, una turista madrileña.


Los residentes ya han formalizado una asociación en contra de esta playa y los partidarios de la playa han encontrado el apoyo de asociaciones de otras provincias españolas.


De hecho, había convocada para mañana en esta misma zona una concentración en defensa del disfrute de las playas por los animales, aunque finalmente ha sido cancelada para evitar más tensión.