Gente

Pablo Alborán empieza su gira "soñada" antes de tomarse un largo descanso

Ahora está inmerso en "Tanto 2013" y le hace "especial ilusión", porque en ella ve "materializado" lo que ha soñado siempre.

Pablo Alborán
Pablo Alborán empieza su gira "soñada" antes de tomarse un largo descanso

Dice que se siente como en un programa de centrifugado de lavadora, dando vueltas sin parar, pero encantado y emocionado con la gira que empieza el día 17 por 20 ciudades, porque es la que siempre había "soñado". Luego, Pablo Alborán, se tomará un largo descanso para descubrir quién es.


"Son tres años y medio de idas y venidas, con tres discos y giras: para asimilarlo todo necesito parar. Será en octubre, cuando termine este 'tour'. Esperaré a sacar el disco, porque hay que vivir para componer y tengo que vivir", anuncia en una entrevista con Efe el malagueño, que desde que colgó "Y solamente tú" en internet ha logrado todos los éxitos imaginables para un cantante pop.


Ahora está inmerso en "Tanto 2013" y le hace "especial ilusión", porque en ella ve "materializado" lo que ha soñado siempre.


"Es una gira a lo grande. Creo que era el momento de hacerla. Necesitaba espectáculo, 'show' a nivel de luces y pantallas, pero también intimidad, porque no quiero perder la cercanía con el público. Es un repertorio de 25 temas, de los tres discos", es decir, "Pablo Alborán" (2010), "En acústico" (2011) y "Tanto" (2011).


Para diseñarla se ha metido "donde no le llaman", se ríe, y se ha involucrado en todo, desde los arreglos a las luces, para controlar el sonido que recibirá su público.


Si él no fuera Pablo Alborán, iría a uno de sus conciertos pero alguien tendría que "convencerle" para hacerlo.


"Puede sonar prepotente decir que iría, pero quien vaya a verme se encontrará con algo muy diferente de lo que ya conocen de mí. Serán conciertos muy dinámicos, en los que habrá 'blues', 'rock', 'bosanova', una parte muy clásica y luego una parte muy electrónica...", resume.


A las citas que ya eran conocidas, se han añadido segundos conciertos en Valencia (30 de junio), Madrid (27 de septiembre) y Barcelona (12 de octubre), y a la gira se suman Mérida (15 de junio), San Sebastián (26 de julio), Vigo (28 de julio), Huelva (26 de agosto) y Daimiel (31 de agosto).


Con tantas idas y venidas, alguna vez se ha pegado "una torta" con una mesilla al levantarse por la noche en el hotel, pero esa "desubicación" solo le ocurre por la noche.


Encima del escenario sabe "perfectamente" dónde está, porque, recalca, él no pone "el automático", sino que sale a disfrutar y se da "al cien por cien" en cada escenario.


Cuando actúe el 12 de octubre en Barcelona, última cita del 'tour' y cumpla con un par de "compromisos", parará "para asimilarlo todo".


"Tengo un disco preparado para cuando tenga que ser, pero necesita un tiempo de maduración, y yo tengo que pensar hacia dónde quiero ir musicalmente tras este último CD", con el que, asegura, cierra una etapa.


Se define como una persona "tremendamente inquieta", de esas que estaría "sacando discos y haciendo cosas todo el día" pero es consciente de que necesita "seguir estudiando música, viajando y aprendiendo recursos distintos", como una improvisación de "jazz", al estilo de su idolatrado Pat Methenny.


Para futuras colaboraciones, más que en voces se fija "mucho" en músicos que le gustan, como Richard Bono, un bajista africano que, "además", canta "de maravilla", porque, apunta, sobre todo le atrae lo que no tiene nada que ver con él.


"El otro día hablábamos de lo que vamos a hacer y me gustaría colaborar con de Methenny a Richard Bono pasando por Paco de Lucía, María Andrade o una chica africana que no la conoce nadie, como pasó con Carminho, que enamoró a la gente. Esas son las cosas fabulosas que quiero", detalla.


Reconoce que a veces se para a pensar cómo es posible "el milagro" de que enamore "igual" a una niña de cuatro años que a una mujer como María Dolores Pradera, que quiso colaborar con él en su último disco y que lloraba conmovida cuando oía la grabación.


"Me emocionó cantar con ella. Tengo 23 años, y la gente podía pensar, 'no pegan ni con cola', pero imito muy bien las voces y hubo un momento en el que se sentó y dijo que no sabía si era ella o yo el que cantaba. Con Miguel Bosé me pasó lo mismo", revela.


A pesar de su capacidad "mimética", insiste en que intenta ser siempre "él mismo", pero eso no quiere decir que por todos sus poros se filtre el músico que es: "Aunque aparentemente cante una balada, a lo mejor hay cadencias de 'rock' o de tango o de fado o de 'manush'... Todo me gusta", se ríe de nuevo.