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La fascinación por Nino Bravo crece 40 años después de su muerte

El cupón de la ONCE del próximo domingo estará dedicado al cantante valenciano.

El cantante Nino Bravo
La fascinación por Nino Bravo crece 40 años después de su muerte
PALAU DE VALENCIA

Sus canciones se siguen cantando, tiene un museo en su localidad natal, un festival le homenajea cada verano, calles de seis municipios llevan su nombre y ahora una exposición en Valencia muestra parte de su mundo: justo 40 años después de su muerte, el recuerdo de Nino Bravo no para de crecer.


Los trajes, fotografías, partituras o discos de oro de Luis Manuel Ferri Llopis, el nombre real del artista, se exhiben en una exposición que podrá verse desde hoy y hasta el próximo 19 de mayo.


Los objetos expuestos proceden del museo Nino Bravo de Aielo de Malferit (Valencia), la localidad donde nació el 3 de agosto de 1944, aunque el cantante, a quien de pequeño se le conocía como Manolito, se trasladó a vivir a Valencia a los cuatro años.


Ilustrada con abundantes fotografías, la muestra repasa su trayectoria vital y artística que incluyó cuatro discos, editados entre 1970 y 1972 -"Te quiero, te quiero", "Nino Bravo", "Un beso y una flor" y "Mi tierra"-, interrumpida por su temprana muerte, a los 28 años, en un accidente de tráfico en Villarrubio (Cuenca).


Su fallecimiento causó un gran impacto y así lo demuestran los telegramas expuestos en la muestra, en los que Víctor Manuel, Carmen Sevilla, José María Íñigo, Mocedades, Mari Trini, Juan Pardo y Augusto Algueró expresaban sus condolencias a la familia.


La de Nino Bravo fue una carrera exitosa y de ello da fe la exposición a través de varios discos de oro, alguno póstumo, y otros reconocimientos como un galardón de la Cadena Ser, una llave-recordatorio de Televisión Española o la medalla que se le concedió como "Caballero del vino".


Los fetichistas pueden deleitarse con las americanas y trajes del cantante, como el de terciopelo con el que actuó en su último concierto ante sus paisanos, en Fallas en 1973, el pantalón vaquero que vistió en su único vídeo en color ("Un beso y una flor"), o el que se complementa con su famoso cinturón con las iniciales NB.


También se exponen una guitarra española del músico, partituras de las canciones "En libertad" y "Por culpa tuya", cintas, discos, carteles de concierto, imágenes de los primeros pasos de su grupo "Los Superson", portadas de revistas donde aparece o el "ninot indultat" que le dedicó en 2004 la falla El Charco de Catarroja (Valencia).


Otras fotografías reflejan momentos de la vida del artista: su bautizo, su participación en una cabalgata junto a su hermana Consuelo, con su grupo de amigos de la escuela, durante el servicio militar o desfilando en los Moros y Cristianos de Aielo.


"Que hayan pasado 40 años y la gente se acuerde tanto es muy gratificante, significa que sigue siendo querido y que sigue gustando su música", ha asegurado a EFE Eva Ferri, hija de Nino Bravo.


Según Ferri, con esta exposición en Valencia podrá acercarse a la figura de su padre más gente que en el museo de Aielo de Malferit que alberga estos objetos desde 2006.


Para recordar al artista también se organizará un concurso con sus canciones y en el que los miembros del primer grupo del cantante ejercerán de jurado.


Los Superson, de vuelta tras cuatro décadas de inactividad, ofrecerán un concierto en el Palau de la Música de Valencia el 22 de junio, en beneficio de la Asociación de Ayuda al Disminuido Psíquico de Alfafar en el que volverán a sonar temas tan conocidos como "Libre", "Noelia" o "América".


José Valhondo, cantante de "Nino Bravo, el musical", será la voz solista e intervendrán también el cuarteto vocal valenciano "Melomans" y Eva Ferri, ha explicado a EFE su hermana Amparo, quien ha destacado que el cupón de la ONCE del próximo domingo 21 también estará dedicado a su padre.


Calles de Valencia, Aielo de Malferit, Náquera (Valencia), Villarubio, Roquetas de Mar (Almería) y Tuineje (Las Palmas) llevan el nombre de Nino Bravo y desde la conmemoración del 25 aniversario de su muerte, en 1998, un festival de música en su localidad le recuerda cada verano para que, aunque el tiempo pase, sus canciones permanezcan.