Gastronomía

Del Pokin's al buey de Kobe

Algunos sabores de hamburguesa forman parte del ADN palatino de muchos zaragozanos. Y también de sus recuerdos...

La historia de las hamburgueserías en Zaragoza pertenece al terreno de lo apócrifo. A falta de crónica oficial, la narración se construye a base de recuerdos, para muchos, infantiles y felices, de cuando la hamburguesa era un capricho de fin de semana, un regalo en sí mismo, y no un alimento con regalo 'happy'. La hamburguesería Nevada aparece de manera particularmente repetida. Aquel local alargado en el paseo de Fernando el Católico ha quedado grabado como nostálgico placer, sobre todo dominguero, con aquellos cuencos llenos de pepinillos fileteados y de salsas a mansalva (nada de botes de plástico). Ahora, a pesar de las estrecheces de su nuevo enclave, en la plaza de San Francisco, se siguen sirviendo canónicas hamburguesas, ajenas a vaivenes de la moda. En esa línea, el Nevada convive con otros clásicos, como el Hamburgo, Mostaza (otro fijo en la lista de los clásicos incontestables) o el Timple, para algunos 'sancta sanctorum' de la hamburguesa de atracón, esa que se come con cargo de conciencia cero, generalmente a altas horas de la madrugada.


Son longevos supervivientes de un sector, el de las hamburgueserías, que a comienzos de los 80 dio un giro radical en la capital aragonesa para abrazar las maneras de las grandes cadenas estadounidenses. El 'fast food' desembarcó en el paseo de las Damas de Zaragoza con Pokin's, que logró un éxito rotundo entre una chavalería que se afanaba en traer y llevar bandejas atestadas de patatas y en darle sin parar a la palanca del ketchup mientras el 'Take on me' de A-Ha sonaba hasta la náusea en un nunca visto 'jukebox' de vídeoclips.


Antes, a la vuelta de la esquina, en San Ignacio de Loyola, había cerrado sus puertas el Ñam Ñam, un más que digno híbrido entre tradición y 'fast food', que trajo a orillas del Ebro el pan con semillas de sésamo y una inolvidable cebolla frita. El Pokin's, paradojas de la vida, pasó a ser un Zara (el 'fast food' de la ropa) mientras se abrían paso en la ciudad los gigantes de la comida rápida, como McDonald's o Burger King que, tras un bache, también han resucitado en el centro y viven momentos de gloria en la Zaragoza paralela que ha surgido en torno a los centros comerciales.


En el otro arco, la hamburguesa 'gourmet', que huye del sota, caballo y rey. Las hay de buey de Kobe, de ternera Angus, de tataki de atún o de picadillo de Soria. Un pedazo de lujo que llevarse a la boca por apenas diez euros.