Una familia de la ciudad española de Valencia deberá indemnizar a sus vecinos con 8.000 euros por el ruido del piano de sus hijas, al considerarlo los jueces una "intromisión ilegítima en el derecho a la intimidad personal y familiar".

Al decidir este martes en última instancia sobre un largo periplo legal, el Tribunal Supremo consideró que, durante años y a cualquier hora comprendida entre las 15.00 y las 21.00, los demandantes soportaron el sonido del piano en niveles superiores a los límites legales, lo que les impedía "el disfrute de su propio hogar".

Según medios locales, la madre de la familia demandante llegó a sufrir de "ansiedad debida a insomnio de larga duración", mientras que su marido tomaba "ansiolíticos por síndrome de estrés acústico", al verse expuestos prolongadamente a sonidos de hasta 62,7 decibelios. La ley permite 40 de día y 30 de noche.

El Supremo confirmó la sentencia dictada en primera instancia hace ya cinco años por un tribunal de Valencia y ordenó que las hijas dejen de tocar el piano o que se insonorice la vivienda. Además, estableció una indemnización de 2.000 euros por cada uno de los afectados, un matrimonio con dos hijos.

Los condenados alegaban que la música del piano no era "estridente ni malsonante" y se negaban a que las hijas dejen de tocar el piano. Los jueces, sin embargo, no quisieron pronunciarse en su sentencia "sobre gustos musicales" y declararon la "ilicitud de imponer los propios gustos, preferencias o conveniencias musicales al vecino".