Solidaridad

"La fotografía puede ayudar a cambiar el mundo"

La fotógrafa zaragozana María Torres-Solanot dirige un proyecto de cooperación con niñas abandonadas en Bolivia.

Proyecto de Opencameras en Sucre (Bolivia)
"La fotografía puede ayudar a cambiar el mundo"
MARÍA TORRES-SOLANOT

En Bolivia, 30.000 niños han sido abandonados y viven en orfanatos. Miles más malviven en la calle sin ninguna protección social. María Torres-Solanot, fotógrafa zaragozana, cuenta los fríos datos mezclados con los cálidos recuerdos de su experiencia en Sucre (Bolivia) dando clases de fotografía a niñas de dos orfanatos.


María Torres-Solanot (fotógrafa de HERALDO durante seis años y ahora fotoperiodista 'freelance') ha dado un salto al otro lado de la cámara y ha creado un proyecto de cooperación con niñas huérfanas en Sucre y de denuncia del abandono infantil: Opencameras. Todo empezó con un viaje en otoño de 2011. María se fue en octubre a dar clases de fotografía a niñas de dos orfanatos. La estancia prevista de un mes se prolongó casi tres y se ha acabado convirtiendo en su proyecto vital.


“Fui con mi equipo fotográfico y un portátil. Las niñas aprendieron a retratar el día a día en su hogar y a dar los primeros pasos en el manejo de la informática. La fotografía les servía para retratar su entorno, estimular su curiosidad y sus ganas de aprender. Son niñas que han pasado experiencias muy duras. Aun así, conservan una alegría increíble. Los hogares de acogida hacen una labor muy importante”, cuenta María.


“Conviviendo con ellas, cada día me iba involucrando más y me acostaba pensando cómo podía ayudarles”, reflexiona. El proyecto de Opencameras se empezó a gestar en el día a día del centro de acogida Calor de Hogar de Sucre. “La fotografía y la informática ayudan a las niñas, les dan herramientas para su futuro. Y la fotografía sirve también para mostrar su realidad y concienciar a la gente. La fotografía puede ayudar a cambiar el mundo”, afirma esta fotógrafa y cooperante.

El proceso

María volvió a Zaragoza en Navidad y empezó a dar forma a su proyecto de Opencameras, que va camino de convertirse en una ONG. Ella se está formando en cooperación y gestión de entidades sin ánimo de lucro, mientras recaba apoyos y prepara su próximo viaje. “He recibido la ayuda desinteresada de mucha gente”, cuenta agradecida. A principios de abril volverá a Sucre, cargada de cámaras y dispuesta a continuar con la labor.


En un primer momento quiere proporcionar material escolar, fotográfico, informático, juegos y ropa a las niñas que conoció en el orfanato. María quiere continuar con las clases de fotografía e informática, y apoyar a las niñas para que puedan continuar con su educación. Después quiere ampliar el proyecto a otros centros de acogida.


Opencameras también tiene una vertiente de denuncia. “Quiero documentar las causas y consecuencias del abandono infantil, en Bolivia y en otros lugares. Sin formación y apoyo es muy difícil escapar del círculo de exclusión”, reflexiona. Planea exposiciones, reportajes, clases...


Y a punto de partir de nuevo a Bolivia, recuerda su último día en Sucre, el pasado diciembre: “Las niñas me pidieron que por favor no las olvidara”.