En Madrid

La Infanta Elena venera al Cristo de Medinaceli

Miles de personas acuden a la basílica para visitar la imagen y pedirle que se cumplan sus deseos. Algunos han soportado colas por más de 10 horas.

La Infanta saluda a uno de los monjes de la basílica en Madrid
La Infanta Elena venera al Cristo de Medinaceli
EFE

La Infanta Elena ha cumplido con la tradición de la Familia Real de venerar el primer viernes de marzo la imagen de Jesús de Medinaceli en la basílica madrileña que lleva el mismo nombre, donde ha sido recibida con los aplausos de una multitud de fieles que esperaban su turno para entrar en el templo.


Doña Elena ha llegado pasadas las diez de la mañana, ha saludado a varios religiosos de la orden de los frailes capuchinos, encargados de custodiar la imagen de Jesús Nazareno, y después ha respondido a las numerosas muestras de cariño de los feligreses.


A continuación, ha accedido al templo, que estaba repleto de devotos del Cristo de Medinaceli -que tiene fama de "milagroso"-, le ha besado el pie derecho, como marca la tradición, y después se ha retirado a rezar durante unos minutos ante el altar, antes de saludar en la sacristía a los frailes capuchinos.


Al salir de la basílica ha respondido de nuevo sonriente a las muestras de cariño que le han profesado los fieles, se ha parado a hablar con algunos voluntarios del Samur y, antes de partir, se ha despedido de los frailes.


Como es habitual, miles de personas acuden a esta basílica para visitar a Jesús Nazareno, cumplir con el ritual y pedirle que se les cumplan sus deseos, toda vez que a este Cristo se le atribuye la capacidad de conceder milagros.


Trabajo y salud


"Trabajo y salud", "salud y trabajo", son, por este orden, las dos peticiones más repetidas y demandas al Cristo de Medinaceli, especialmente el primero en estos momentos en el que la crisis económica está golpeando a miles de familias.


Pero también hay quien pide porque haya "paz" y porque se "serenen las cosas" que cada vez se están poniendo peor, según Cintia, una mujer que ha cumplido por tercera vez con la visita a Jesús Nazareno y que ha estado en la cola, como la mayoría de los fieles, durante más de 10 horas.


"Es cansado, pero merece la pena", comentaba otra devota que estaba a su lado, mientras hacía gestos para mostrar las riadas de gente que aguardan su turno para entrar a la basílica y que han llenado las calles próximas.


La visita de la hija mayor de los reyes ha sido otro de los alicientes de muchos de los asistentes: "Está muy guapa con el pelo suelto", ha opinado una de las mujeres que, tras horas de espera, tenía un sitio privilegiado.


Con cariño... y con alguna que otra ironía se han referido otras feligresas a la Infanta Elena, al señalar que, en esta ocasión, "tiene mucho por lo que pedir...".


La tradición de que un miembro de la Familia Real venere cada año este popular Cristo, tallado por encargo del Duque de Medinaceli, se remonta a finales de siglo XVII, después de que la imagen fuera recuperada de manos de los musulmanes.


La imagen fue rescatada el viernes de Cuaresma de 1682 -fecha que coincide con el primer viernes de marzo- y, desde entonces, surgió la devoción de rezar y besar el pie de la imagen de Jesús Nazareno, al que los fieles piden miles de milagros.